Narrador Omnisciente: Una suave risa femenina se escuchó en aquella oficina, seguida de incontables y nerviosos pasos de un lado para el otro pareciendo impaciente. —Cálmate, Elliot—expresó con diversión la mujer rubia elevando su mirada azulina de los papeles en sus manos y mirando a su hermano de manera fija. Hacia rato que se estaba comportando así y eso le causaba cierta gracia a su hermana menor—Harás un agujero en mi hermoso piso con tanto vaivén. Vamos, Relájate. Elliot detuvo su nervioso andar y miró a su hermana con gran seriedad. Ella se encontraba sentada en su escritorio junto con todos los papeles que habían reunido sobre la propuesta de invertir en una nueva sucursal en El Caribe. Ella y Elliot estuvieron discutiendo largamente sobre esa propuesta, pero Elliot no podía con