SIGO SIENDO JOVEN

1244 Words
19 de abril de 1347, Alfonso se sienta en la cama y ve dormir a Janet, y dice muy sorprendido: —   No lo puedo entender, esta mujer no ha envejecido nada, esta igual que hace cuarenta y cinco años… tiene que a ver una explicación para esto, porque aterra. En ese instante, Janet se despierta de un largo sueño que tuvo, en la que vía cuando Joaquín. Saliendo de su casa después de haber matado a sus padres. Janet le dice a Alfonso: —   Hola Joaquín. —   Hola Janet, feliz cumpleaños. —   Gracias Joaquín… tengo que levantarme temprano, porque voy otra vez ayudarle a tu prima Sara. En la cuestión del aprendizaje de los niños de este pueblo. Alfonso acaricia el rostro de Janet, y le expresa: —   Te tengo una sorpresa de cumpleaños. Janet separa de la cama, y le dice a Alfonso: —   ¿Ahora con que vas a salir? —   Pero antes Janet, quiero que me digas, cuál es tu secreto para estar así de bella y joven, como cuando tenías veinte años. Janet le miente a Alfonso, y se acuerda de aquella roca que manipulo hace cuarenta y cinco años, le dice: —   Esto es de familia. Alfonso no queda tan convencido con esa explicación, pero se queda callado con ese tema, y luego le dice: —   Bueno, la sorpresa es que he construido una casa inmensa en Pedraza, y quiero que ya vayamos a vivir a ya. Janet mira a Alfonso y ve el rostro de Joaquín, y comienza a verlo con odio. Cuando Alfonso le dice: —   Otra vez me miras así. Janet vuelve a recobrar su lucidez, y le expresa a Alfonso: —   ¿Así como? —   No te hagas, esto viene de muchos años, me miras como si quisieras matarme. Janet serie de Alfonso, y le dice: —   Estas equivocado Joaquín, si yo quisiera matarte, no me hubiera casado contigo y te había matado hace décadas. —   Pero no lo harías, porque yo fui tu salvación. Janet sale de la habitación, y le contesta a Alfonso: —   ¿Salvación? Esto fue de mutuo acuerdo, o quieres que te recuerde quien está manejando todas mis tierras a ya en Pedraza, además, yo tengo muy malos recuerdos a ya. Alfonso sigue a Janet hasta el balcón, y le expresa: —   Con excepción de Patricio y otro más por ahí, casi todos los que te acusaron e intentaron matarte, están muertos… este es el momento de volver, solo te tienes que esconder de Patricio. Janet ve pasar varios carruajes por la calle, y dice: —   Joaquín, ¿cuál es tu interés en todo esto? ¿Por qué quieres que vuelva a Pedraza, si aquí estamos bien? —   Porque con tanto tiempo que ha pasado, ya es hora de que vuelvas a tu pueblo natal. —   Ya me acostumbré a enseñarle a escribir a los niños de aquí. Alfonso acaricia el cabello de Janet, y le dice: —   Eso lo puedes hacer en Pedraza. Junto a mi prima. Janet mira a Alfonso, y le expresa: —   A ver, primero que todo Sara nova ir a Pedraza. Y segundo, a ti te tiene que pasar algo. Para que me quieras forzar a ir a un lugar donde quisieron matarme. Alfonso camina el balcón. Dándole la espalda a Janet, y le dice: —   No está pasando nada, solo que te construí una nueva casa por tus cumpleaños… y que también me cansé de vivir en Matabuena. En ese momento, Cesar, en amo de casa, entra en la habitación de Alfonso y de Janet, y les dice: —   Buenos días señores. Janet y Alfonso saludan a Cesar. Cuando Alfonso lo queda mirando, y le dice: —   ¿Qué sucede Cesar? —   Ah, le llego una carta del señor Duque. Alfonso coge la carta con mucho recelo, y le dice a Cesar: —   Ya puedes retirarte. —   Bueno señor. Nervioso, Alfonso guarda la carta en su bolsillo derecho de su camisa. Cuando Janet le dice: —   ¿No piensas abrirla? —   No, ¿más tarde la leo, mejor dime… que quieres hacer en tu día de cumpleaños? —   Por mi fuera me iría al mar y disfrutaría de la refrescante brisa, pero ya estoy comprometida con el aprendizaje de los niños, así que me voy a dar un baño. Alfonso se queda solo en el balcón, y espera a que Janet se vaya también de la habitación. Para ponerse a leer la carta de Jose Luis Duque de León. En ese instante, Janet se va a bañar completamente desnuda en un lago de la casa, que queda a solo treinta metros de distancia. Horas más tarde, Janet llega al salón de clases. Donde se encuentra Sara, la cual le está enseñando a diecisiete niños en ese momento. Janet entra y les dice a todos: —   Buenos días. De inmediato, todos los niños saludan a Janet, mientras Sara le dice: —   Feliz cumpleaños. —   Gracias Sara. —   Te hubieras quedado en la casa, yo me ocupo de todo. —   Como crees que voy a quedarme en la casa estando a poca distancia del salón de clase, a ya me voy aburrir mucho, pero acá están los niños y me está gustando enseñarles. Sara se levanta de su asiento, y les dice a todos los niños: —   Ya vuelvo, sigan con sus plumas y agilicen sus manos. Sara saca a Janet del salón de clase, y le expresa: —   ¿El primo Alfonso te ha regalado algo? —   Si, tal parece que remodelo la casa en Pedraza y la hizo más grande, y todo eso, para que yo vuelva a ese lugar. Sara mira un carruaje que va pasando y luego le expresa a Janet: —   Es muy extraño, Alfonso también nos dijo a Flora y a mí, que nos fueranos a Pedraza, que haya viviremos mejor. Janet comienza a sospechar de la actitud de Alfonso, y le dice a Sara: —   Hay que averiguar qué es lo que pretende Joaquín. —   ¿Quién es Joaquín?... Ah, “se me olvido que tú le dices así a Alfonso. —   Si, es de cariño, pero mejor entremos, ya más tarde averiguaremos junto a Flora. —   Está bien, vamos al salón. En ese momento, Sara y Janet entran al salón. Y siguen enseñándoles a los niños a escribir bien. Janet les dice a todos: —   Cojan bien la pluma, con la mano que ustedes mejor manejen… ahora mojen la punta de la pluma en la tinta, pero solo un poco. En ese instante, Julio mancha la hoja votando la tinta. Tratando de mojar la pluma. En seguida, Sara se levanta y le dice a Janet: —   Yo le ayudo, sigue explicándole a los otros. Sara le ayuda a limpiar el desastre que hizo Julio, y le dice: —   Ten más cuidado con esto. Julio se queda mirando a Janet. Y luego le pregunta a Sara: —   ¿Usted sabe cuántos años tiene la profesora Janet? —   ¿Por qué me preguntas eso Julio? —   Porque ella es muy bonita y me gustaría cuando sea grande, casarme con ella. Sara se sonríe y le contesta a Julio: —   Pues… no sé cuántos años tiene, pero cuando pueda le preguntaré… bueno, antes de estar pensando en casarte, tienes que aprender a escribir. Y a leer muy bien, porque tienes que ser un gran caballero. Para casarte con una mujer como ella. —   Si señora. —   Entonces Julio, comencemos a practicar…
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