EP20

1169 Words
Missa decidió limpiar su habitación, su horario en la academia había cambiado así que tenia mas tiempo por las tardes, sus alumnas entraban a clases a esas horas asi que ella impartía clases en las mañanas, teniendo que levantarse muy temprano pero eso le ayudaba a aprovechar mas su tiempo, antes daba clases a mas de un horario por eso trabajaba todo el día, ahora tenía que repartirse los días por grupos de alumnas Guardó en una caja las cosas que había comprado cuando trató de unirse al club de fans de Samuel para saber sobre su paradero, algunas cosas estaban selladas otras si las había abierto pero no había usado nada de eso, solo una bola de nieve que vendió Samuel para navidad y le gustó mucho porque tenía una brújula en el centro y la dejó sobre su escritorio, pensó que sería un desperdicio dejarlos guardados en un rincón así que decidió regalárselos a sus alumnas y donar el resto Luego continuó hasta que se topó con otra caja que había dejado olvidada sobre su guarda ropa -la capsula.. ¿debería ver el interior? Si me la diste significa que me das permiso ¿verdad?- Dijo hablándole al dibujo de Samantha Como sea, Missa abrió la caja y empezó a sacar las cosas que le había tejido y las guardó en los cajones que había separado para Samantha para cuando vivieran juntas, luego la grabadora que dejó para después, el USB también y se enfocó en las cartas, algunas en un estado arrugado, parecía que habían sido escritas desde hace años y así era, en la primera carta que leyó vio la fecha y era de cuando Sam era aun una niña, también habían cartas dobladas y la tinta estaba corrida, sabía que se habían mojado y las había guardado después de dejarlas secarse Empezó a leer la primera -¿qué es esto?- dijo luego de avanzar unas líneas-"papá dijo que si le cuento a mamá su secreto ella se molestará conmigo, mami te quiero mucho, ya no te molestes conmigo por favor"- leyó el final de la carta Continuó con la siguiente que también la dejó sorprendida y algo confusa... ¿Qué quería decir con esas cartas? ¿estaban destinadas a alguien o solo eran un diario? Mientras mas leía mas extraño parecía todo ¿querías que leyera todo esto? ¿por qué? ¿Qué se supone que deba hacer? Missa realmente no comprendía, leyó un poco más y se dio cuenta de algo, esto tenía que ver con la razón por la cual fue internada y también porque decidió terminar con su vida, sabía que le dejó la caja por alguna razón así que Missa decidió que no podía dejarlo ahí, tenía que averiguar que había sucedido y porque nadie quería a Samantha, puede que en sus escritos muestre dolor inocente y el darse cuenta de que no comprende el porque de las cosas pero Missa podía entenderlo Missa sabía lo que tenía que hacer por ahora, y sabía que tenia que hacerlo por su cuenta sin contarle a nadie más, por algo Samantha se lo confió a ella, aunque tal vez solo quería que se quede con todo eso en lugar de que alguien mas lo encuentre y Missa solo estaba siendo entrometida, tal vez estaba actuando de más y sobre pensando las cosas pero sea lo que sea había despertado algo en ella y no se iba a quedar tranquila hasta saberlo todo, incluso si no llega a nada lo descubriría por su cuenta Fue a su cafetería favorita para pensar un poco y planificar lo que tendría que hacer primero -Buenas noches, por favor siéntese primero, alguien le tomará su pedido enseguida- le dijo una chica cuando la vio pasar -puedo hacer la fila, no tengo mucha prisa- dijo Missa -¿es usted amiga de Samuel?- Missa negó- pero si nos ha dado su foto, estoy segura que es usted- -Oh, no soy su amiga, solo una compañera de trabajo, pero mi contrato ha terminado así que no estoy involucrada con él en ningún sentido, te pediría que por favor no lo vuelvas a mencionar o alguien se dará cuenta- Missa realmente no quería tener algo que ver con Samuel, solo quería dejarlo todo atrás -Lo siento, no era nuestra intención incomodarla- -no te preocupes, no lo sabías.. entonces me quedaré en la fila y solo esperaré, de todas formas gracias por tu amabilidad- Missa esperó su turno como todos los demás esperando que nadie haya escuchado la conversación anterior Luego solo se sentó a disfrutar de su pedido -¿puedo sentarme contigo?- Missa levantó la mirada encontrándose con la de Samuel -es un lugar libre, puedes sentarte en el suelo si asi lo deseas- Samuel tomó asiento frente a ella y al mismo tiempo Missa se levantó para marcharse, Samuel la tomó de brazo y pareció detenerse el tiempo, ambos se quedaron en silencio al ver que algunas chicas en una mesa continua los observaba -disculpe señorita, olvidó sus llaves- y no era mentira, Missa estaba olvidando las llaves de su auto -gracias- Missa tomó las llaves y solo se marchó antes de que suceda alguna especulación, las chicas en la mesa continua solo admiraron la buena intención de Samuel y este solo las miró un rato y luego salió, fue hasta el estacionamiento donde Missa estaba esperando su llegada -¿por qué te fuiste?- le preguntó -no quería causar alguna confusión con esas chicas, cuando pediste sentarte no dejaban de mirarte, si no me iba ahora mismo habrían rumores, ya mucho tuve con "¿es usted amiga de Samuel? puede tomar asiento y alguien le tomará la orden enseguida?- dijo imitando la voz de la joven que le atendió- ¿Cómo está eso de que le diste mi foto? no les compliques el trabajo a las chicas- -nunca me llamaste o escribiste para que te ayude a comprar, tu misma dijiste que lo harías y lo prometí, no me dejaste otra opción- explicó Samuel -solo era una broma, por Dios... realmente ustedes son tan similares, siempre pensando en las promesas- dijo Missa -¿ustedes?- preguntó Samuel y Missa se dio cuenta -me refiero a ustedes los hombres, todos tan iguales, solo quieren quedar bien- dijo rápidamente- solo olvídalo, ahora tengo que comer en mi auto por tu culpa ¿Qué harás al respecto si mi auto se llena de migas de pan? tendrás que limpiarlo- -bien, conozco un lugar en donde...- -por tu cuenta, a mano- añadió Missa- te estaré vigilando mientras lo haces- -dame las llaves de tu auto, vamos dámelas- Missa se las entregó- espérame dentro, ya regreso- Samuel le dio las llaves de su auto y se fue al cabo de unos minutos regresó y entró -no comas todavía, vamos a comer juntos ¿sí?- Missa solo asintió, ya no tenía otra opción y después de todo no era mala idea ir a comer con Samuel... como en los viejos tiempos
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