Narra James Sentado frente a Viviana, no sentí más que una atracción general, leve, ciertamente no la atracción embriagadora y omnipresente que bombeaba a través de mi cuerpo cada vez que Karen estaba cerca, y la idea de llevar a Viviana a casa para aliviar mi frustración s****l ya no me atraía. De hecho, estaba bastante seguro de que era culpa presionando contra mi pecho, lo cual no tenía sentido lógico. Karen dejó en claro cómo se sentía acerca de cruzar los límites, y se redujo a que no lo haría. Tenía la sensación de que unos minutos a solas, en algún lugar lejos de la oficina, y nuestra química fuera de serie la persuadirían de lo contrario, pero eso añadía algunos problemas éticos confusos, y yo no era de los que seguía presionando cuando una mujer decía que no. Pensé en la cara de