Punto de vista de la Princesa Ayla: Nos tomó tres horas salir de mi casa y dirigirnos a la manada. No podíamos mantener las manos quietas. Y el sexo en la ducha era mi favorito. Nate me tenía contra la pared de la ducha. Joder, me excito solo de pensar en lo caliente que fue. —Cariño, deja de pensar en lo que sea que estés pensando — murmuró Nate, besando la mano que sostenía mientras nos conducía a la manada. —Creo que necesito otra ducha. Estoy bastante sucia.— Ronroneé, jugando con mi labio inferior. —Joder, nunca llegaremos a este ritmo.— Gimió. Solté su mano, me desabroché el cinturón de seguridad y me arrodillé en el asiento mientras me inclinaba sobre la consola. Nate gimió mientras lamía su cuello. Su mano se movió a mi cabello. Tiró de mi cabeza hacia atrás con mi cabello; me