Capitulo 2

2080 Words
Capítulo 2: ¿Me estas siguiendo? El sábado se abrió paso hacia nosotros, teníamos una agenda apretada las primeras horas y Carla además de mandona, era bastante controladora. Me levanté a las cinco de la mañana, eso tendría que ser ilegal. Llené la bañera con agua tibia y le coloqué algunas esencias, me senté en ella disfrutando y restregando el jabón líquido en mi cuerpo. Salí envuelta en una toalla, me paré frente al espejo y cepille mis dientes, use el desodorante en spray y unté la crema en mis piernas. »Si, era muy mística a la hora de prepararme pero era un evento importante para mi. Ya había elegido la ropa, un pantalón de vestir gris con un boddy de encaje blanco y encima un saco color plomo, mis tacones negros y le hice ondas a mi cabello. El reloj marcaba seis y treinta minutos, suficiente tiempo para prepararme un rápido desayuno e irme al auto, un recorrido de veinte minutos más me dejaba en el tope y evitaría un problema con Carla, puntual a las siete y cuarentena. Mirtha gozaba de dos días libres, realmente los empleados domésticos deben contar con solo uno pero decidí darle los fines de semana para que atendiera a sus hijas, las mellizas Lola y Lali la necesitaban tanto o más que yo, tenían trece años y les ayudaba a pagar un colegio privado. Ella era lo más parecido a una nana, llegó a nuestras vidas cuando nos mudamos y mis padres no deseaban dejarnos solas en casa, asi que la contrataron y se convirtió en mi amiga, la quería muchísimo. Unos sonidos en la cocina me hicieron acercarme, el aroma de unas tortillas recién hechas se colaron en mis fosas nasales. Mamá se estaba quedando conmigo, teníamos una conversación pendiente que no había querido tocar y ahora que nos hallábamos solas, creí que sería el momento. -Buenos días, mami- le salude, dejando un beso en su mejilla. -Hola cariño, el desayuno esta listo. Me senté en la isla de la cocina, un plato para ella y otro para mi, serví dos vasos de jugo y además de queso, le puse miel a mis tortillas. Di el primer bocado, si amaba la literatura, la comida era mi otra pasión pero era un desastre en la cocina. -Delicioso- alago. -Gracias- sonrió, pero el brillo no llego a sus ojos- Te acompañaré a la firma, tu hermana debe estar esperándonos. -Espera, quiero hablar contigo- la detuve. -Ya tendremos tiempo- contestó restandole importancia, la observe desafiante- Bien, te escucho. -Mamá ya estamos grandes, Carla y yo nos damos cuenta de que no la estas pasando bien- confieso -Queremos ayudarte. -Tu padre si que la esta pasando fantástico- se quejó- Mi matrimonio esta destruido, firmaremos el divorcio dentro de una semana y ya habrá terminado todo-. Sus ojos se llenaron de lágrimas, me sentía muy mal- No hay nada que tu o tu hermana puedan hacer. Recogí los platos sucios depositándolos en el lavabo, Lucía fue por su cartera a la habitación y rápidamente nos subimos al auto. El ruido bajo de la radio era lo único que se escuchaba, además de nuestras respiraciones pausadas. Cada una se hallaba ensimismada en sus pensamientos, mi vista se enfocaba en la carretera pero mi mente viajo a los años donde éramos una familia unida y amorosa. Observo de reojo a Lucía, su cabello n***o perfectamente planchado y algunas arrugas que pueden pasar desapercibida a sus casi cincuenta años, seguía siendo una bella mujer, me parecía muchísimo más de lo que quisiera admitir, por ejemplo en guardarnos nuestros sentimientos y en físico, creo que los ojos caramelo son de ella y la altura de papá. «Deja de pensar en ese traidor» Carla estaba afuera del local, agradecía internamente a Dios que el tráfico estaba en su mejor momento. Nos saludo al vernos, ingresamos por la puerta de atrás, ya que en la principal había una larga cola de fans esperando la firma. Estaba muy emocionada y ansiosa, tomé varios sorbos de agua y retoqué el poco maquillaje que llevaba, es decir sólo el labial. -Aquí tienes- dijo Carla entregándome un ejemplar de mi libro- Te harán algunas preguntas de rutina, tu tranquila y siempre sonriente a la cámara, un canal de televisión local cubrirá el evento. -Entendido. Cuando nos mudamos pasaron muchas cosas, perdí un año de colegio mientras aceptaban la solicitud de traslado de mi padre en el trabajo, mamá perdió su empleo pero le fue fácil conseguir otro en poco tiempo y contrataron a Mirtha para cuidarnos, aunque ya estábamos bastante grandes. También me decomisaron el teléfono y tenía horarios para usar el de la casa. Carla ingresó a la universidad, estudió relaciones públicas y eso la ayudo a convertirse en mi Manager. Jamás corte comunicación con Jackie, quién vía correo electrónico (el que también me controlaban) me contaba los nuevos chismes del colegio, además de siempre decirme que Marco no dejaba de molestarla para que le diera mi nuevo número, idiota. Pero no todo fue malo, conocí a Rosa y Ander, quienes se ganaron el título de mis mejores amigos. Él fue mi primera vez en el sexo, su físico me persuadió en gran parte, era alto y de tez pálida, con ojos negros y cabello rebelde, y nada de interés en el amor, digamos que estábamos bien con una relación sin celos ni rompimientos, preferíamos cero dramas y eso nunca afecto nuestra amistad, sólo que era un secreto entre los dos. Mamá decía que terminaríamos casados y con tres hijos, pensaban que Ander estaba enamorado de mi pero sabía que él me veía más como una amante que como pareja sentimental. Por más confianza que les tenía, nadie a parte de mi familia y Jackie conocían la verdadera razón de la mudanza, además de creer que Cy era un apelativo cariñoso impuesto por mi hermana. Y aquí venían los tres con un semblante sonriente, si Jackie fue mi compañera de universidad y ahora es una periodista con una trayectoria importante en un canal nacional. -Estas hermosa, bebé- saludó Rosa, usaba un pantalón alto de jean y un suéter azul de top, ella se especializaba en moda y tenía una columna en una revista, lo que más amaba de mi amiga era su dialecto sin filtros y que era abiertamente lesbiana, sin miedo a los tabúes de los idiotas. -Hermosa, guapísima, ¿cuál es la diferencia?- comentó Ander, posando sus labios en mi frente para darme un beso. -No se hagan los románticos, ella sabe que yo la amo más -refunfuño Jackie celosa, esto era a diario pero sólo jugaban, se llevaban bastante bien. -Tienes que destacar, se tu misma -aconsejo Ander, siempre preocupado por mi imagen. -La vas a poner nerviosa- susurró Jackie, por estar hablando con ellos no noté que había alguien más junto a nosotros. -Disculpen, ¿A que hora comienza la firma?-. Esa voz, maldición no otra vez. -A las ocho amigo, pero no puedes estar aquí... Tienes que esperar detrás de esa línea- le indicó Ander, los ojos de Jackie se iban a salir de órbita cuando lo reconoció. -¿Qué carajos haces tú aquí?-. Creí que era yo quien hablaba, sin embargo no fue así- Vete- le ordenó Carla -Y tu, a la entrevista. Fui incapaz de decir algo, me sentía patética cómo esa niña de preparatoria, insegura y escondida detrás de la falda de su hermana. Me recibieron con aplauso, indicándome donde sentarme y le tendí la mano a la periodista, ella la acepto gustosa y comenzó con las preguntas, mis ojos seguían encima de él sin poder evitarlo. -¿Cuál fue tu inspiración para escribir "Por una noche"? -Creo que en este mundo vivimos bajo algunos pensamientos que realmente ya pasaron de moda, quería crear un personaje que demostrará que ser liberal no significa que la mujer sea una cualquiera- dije sin pelos en la lengua, directa como siempre. -¿Habla usted por alguna experiencia?-. Alejé la vista de Marco y me centre en la mujer frente a mi. -No, muchas veces nos basamos en la ficción- respondí con una sonrisa incómoda, mataría a mi hermana al bajar de aquí. -¿Y que nos puede decir del amor?- indagó, dude un segundo -Ósea, en el libro pasa a segundo plano y el final deja mucho que desear. -El amor esta sobrevalorado- comenté -Desde mi perspectiva, las mujeres también podemos querer sólo sexo y los hombres son los que se enamoran. -¿Qué significa para ti este libro? -Libertad, "Por una noche" trata de la independencia de la mujer. -Excelente entrevista- felicitó la periodista cuando terminamos, ya las cámaras estaban apagadas -¿Me harás el honor de firmarlo? -Claro que si-, ella no tenía la culpa en tocar temas sensibles para mi, hacia su trabajo como todos. Agarré el ejemplar y coloqué mi firma, se lo devolví con una sonrisa. -Gracias, nos vemos. Firmé, saludé y me tomé muchas fotos con los lectores, me gustaba compartir con ellos y él imbécil se desapareció cómo si la tierra se lo hubiese tragado. En la noche quedé con mis amigos de ir a una discoteca, bailar, ligar y unas copas eran la mejor combinación. Me coloqué una falda de cuero y una camisa manga larga azul, usaría unos botines altos y de tacón, maquillé mis ojos y en los labios rojos. -Mami, me preocupa que te quieras quedar sola- dije haciendo un puchero, la llevaría conmigo hasta la luna si era posible. -Diviértete pequeña, con precaución por favor aunque si es con Ander no te cuides- propuso burlonamente, mis ojos se abrieron por tal barbaridad. -¡MAMÁ! - chillé. -¿Qué? Ya me hace falta un nieto. -Pues pídeselo a Carla, soy la menor. -Hija seamos realistas, tu hermana esta más sola que la una... ¿La invitaste? -Si pero adivina, dijo que no iría. Carla era adicta al trabajo y alérgica a salir, por más que le rogué se negó a acompañarnos. -Obligala, aquí tienes las llaves de su departamento y cuídense-. Me entregó un arma letal en mis manos, sonreí cómo el gato de Alicia y me despedí con un fuerte abrazo. Siguiente parada, el departamento de Carla y luego ¡A beber! Digo ¡A divertirnos! Fue más difícil de lo que contaré, abrí con cuidado de que me escuchará y la sorprendí haciendo ejercicio en su habitación, estuve media hora detrás de ella para convencerla y ahora estaba esperando que saliera del baño. Mi cara se alegró cuando la vi salir completamente lista, usaba un vestido ceñido al cuerpo de encaje rojo y unos tacones negros. -¡Vámonos!- grité. Primera ronda de shot's de tequila, kryptonita para mi cuerpo. Choqué mi pequeño vaso contra el de Ander, estaba muy guapo y comestible hoy, llevaba un pantalón n***o y una camiseta blanca que se pegaba a sus brazos a la perfección, muchas mujeres babeaban por él y por más que intentaban impresionarlo, Ander ni las registraba. Rosa se acercó a mi oído, tenía que gritar para que pudiera escuchar lo que me decía pero seguía sin lograrlo, con señas hice que me siguiera al baño. -Oye, es que Jackie se ve muy bien esta noche- confesó mi amiga, me reí de su comentario. Ambas habían venido con Short de jeans pero Jackie usaba un boddy verde militar y la que estaba frente a mi, tenía un top turquesa -¿Crees que si me acerco...? -No pierdes nada con intentar- interrumpí la pregunta en el aire- Sólo no seas tan directa, ve con calma y si te corresponde bien, te pediré nada más que el grupo no se incomodé por corazones rotos. -¡Eres la mejor!- proclamó ella dando brincos de alegría, mis amigas eran un caso serio. Cuando regresé a la mesa, Ander me sacó a bailar. El DJ atinaba cada canción que ponía, una canción sexy resonó por el lugar y comencé a bailarle de manera provocativa a mi amigo, le di la espalda meneando mi trasero y al voltearme otra vez casi caigo desmayada. -Espérame, ya vuelvo- le grité a Ander, este asintió y yo salí de la pista. Me acerqué con paso decidido, frustrada por la situación y enojada. Nuestras miradas se cruzaron y la tensión crecía en el ambiente, me paré con la frente en alto demostrándole que no tenía miedo. -¿Otra vez tu?- dije indignada -¿Acaso me estas siguiendo?
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