Capítulo 7: Hormonal mis cuernos Llegaba tarde a casa de Marco, mi felicidad no podía durar para siempre y después de despertar en la cama con un hombre excelente, que ahora llamaba "Novio" y aunque tenía miedo también estaba ansiosa, pasaría a la pésima idea de cruzarme con el imbécil. -Buenas tardes, señorita Aldana- saludó el asistente. -Quítale el buenas Hermes, no me alegra estar aquí- dije sincera, forzando una sonrisa. -¿Puedes ofrecerle algo de beber?- indagó Marco, apareciendo en nuestro campo de visión. Usaba un traje deportivo y sus lentes, mi respiración desvariaba. -Despreocupese- respondí. -Esta bien, retírate por favor- le ordenó -Escribí algunas ideas en un borrador, si deseas te lo puedo enviar por correo electrónico. -¿Por que Urdaneta te llamó hijo?- indagué, haci