Esa noche mi vida cambió

CAPITULO 2

Al llegar a casa empecé a limpiar el departamento donde vivía con Melanie mi compañera y mi mejor amiga desde que llegué a New York. Aunque estudiamos en la misma universidad no estudiamos las mismas carreras ya que yo estudiaba economía y ella derecho

Al terminar de limpiar todo subí a mi habitación tome una ducha y me puse una pijama, al bajar vi a Melanie llegando.

-Hola amiga- dijo alegremente con su voz chillona.

-Hola, ¿Que tal tu dia?- pregunté mientras me preparaba una café

-muy bien ¿y el tuyo?-

- bien... Hasta que un idiota me hizo chocar con él y hacer caer mis libros- dije bufando

-¿Amor a primera vista?- preguntó ella con una sonrisa picara

-¿que? Jajaja obvio nooo ni lo conozco- dije restándole importancia

-Jajaja, bueno cambiando de tema ¿Quieres acompañarme hoy a una nueva discoteca que abrieron en la ciudad?-

-Sabes que no me gusta salir de fies...- no me dejó terminar la frase cuando me interrumpió.

-¿Anda si? Vamos porfis venimos temprano ¿siii?- dijo haciendo un puchero.

- ok ok pero nos venimos temprano¿ok?-

- Te amooooo- dijo mientras subía las escaleras y yo rode los ojos.

NARRA MAXIMILIANO.

Iba de regreso a casa, está vez iba sin escoltas ya que quería estar solo, en ese momento no me doy cuenta por dónde voy caminando y choco con alguien al voltear a ver quién era esa persona me doy cuenta que es una chica bajo un poco la mirada para ver la cara de la chica ya que yo soy más alto que ella, mucho diría yo, Veo que recoje unos libro los cuales cayeron cuando chocamos.

-oye ten más cuidado- dice la chica con una dulce voz la cual salió con un poco de molestia

- ¿perdón?, Tu eres la que chocó conmigo- dije mirándola a los ojos mientras veía su cuerpo tensarse, levantó su rostro y me recorrió con la mirada mientras yo hacía exactamente lo mismo. Luego de unos segundos reaccioné y me di cuenta de que soy un hombre que no se ablanda ante nadie y menos ante una chiquilla como ella por muy hermosa que sea.

- te vas a quedar mirándome o te vas a disculpar- digo con el ego por las nubes

-¿per... don?, Aquí el único que se tiene que disculpar eres tú, mira que me hiciste tirar mis libros- respondió la chica con su vos titubeante

- mira niña no estoy para perder el tiempo contigo así que quítate y no estorbes-

- lo que tiene de lindo lo tiene de engreído- dijo en una vos casi inaudible pero que aún así alcancé a escuchar

- ¿dijistes algo?-

- siii, que eres un grosero y maleducado, tranquilo no eres el único que tienes cosas que hacer. Permiso- dijo la chica mientras se marchaba y se perdía entre la multitud. Yo me quedé estático allí, jamás nadie se había atrevido a hablarme en la forma en que lo dijo esa chica, después de unos segundos sonreí como un idiota por el carácter que tiene esa niña, me había dejado realmente me sorprendió.

Luego de eso llame a mi chofer para que me llevará a casa, cuando llegó entré al auto y me puse a revisar unos correos de la empresa.

- Hola Meredith, ¿sabes dónde está mi padre?- pregunté al llegar a casa.

-Hola mi niño, si, se fue a comer con tu madre- dijo ella con cariño.

-ok, gracias- dije dirigiendome a mi habitación

-¿Quieres algo de comer?-

-No, ya almorcé por fuera gracias- subí las escaleras y me dirijo a mi habitación.

Después de darme una ducha y cambiarme por algo más deportivo escucho mi teléfono sonar y veo que es kaio mi mejor amigo y mi mano derecha.

-¿Que pasa?- dije con un poco de molestia.

-Hola mi querido amigo, ¿como estás? Yo muy bien gracias por preguntar - dijo sarcásticamente

- que es lo que quieres kaio, no estoy de humor- respondí mientras me servía un whisky.

- uy pero amargado, te llamo para invitarte a la inauguración de mi nueva discoteca-

-Sabes que mañana tenemos una reunión con los nuevos inversionistas rusos-

- Lo se, Lo se, pero la cita es en la tarde, anda anímate, vamos a ver si con un par de polvos se te quita ese mal humor que cargas-