CHRISTIAN
Ahora mismo tengo mi corazón latiendo como el de un potro desbocado por culpa de la adrenalina al volver a subirme a un escenario.
Todo salió mejor de lo que había planeado y lo mejor de todo es que a la gente le gusto la presentación.
- ¡Christian!
Al escuchar mi nombre me doy la vuelta y veo a Adriana, mi manager acercarse a mí corriendo.
- ¿Qué pasa? – le pregunto.
- Tania Risco, la reportera del programa Amaneces te quiere hacer una entrevista.
- ¿Cuándo? – le pregunto.
- Mañana. ¿Qué le digo? – me pregunta.
- Dile que sí, pero tiene que ser ahora porque mañana no puedo– le digo mientras le saco la silla de montar a Aquiles y la guardo en el Jeep Gladiator Mojave.
- Perfecto. La voy a buscar a ver si puede hacerte la entrevista ahora – me dice antes de irse.
- Si puede tráetela para aquí – le digo y esta asiente a medida que veo como se aleja.
De repente Aquiles me da un empujoncito con su hocico y al darme la vuelta para verlo comienza a relinchar.
- ¿Y a ti qué te pasa? – le pregunto y este comienza a mover su cabeza de arriba hacia abajo – A mí no me pasa nada – le digo y este relincha dándome a entender que no me cree lo que le dije – Está bien, te lo voy a decir, pero no se lo puedes decir a nadie – le digo y este mueve su cabeza de arriba hacia abajo.
Ya sé lo que están pensando. Creen que estoy loco por hablar con Aquiles como si fuera una persona, ¿verdad? No los culpo por eso porque yo en su lugar pensaría lo mismo, pero resulta que Aquiles y yo tenemos nuestro propio lenguaje.
- Voy a ser papá – le digo en su oreja e inmediatamente este comienza a relinchar, pero es un sonido agradable y relajante, lo que me indica que la noticia le gusto – ¿Y sabes una cosa? Cuando mi hijo nazca le voy a regalar uno de tus potrillos para que tenga en él a un amigo fiel e incondicional como lo somos tú y yo. ¿Qué te parece? – le pregunto y este vuelve a relinchar y a mover su cabeza de arriba hacia abajo – Yo sabía que te iba a dar mucho gusto la noticia – le digo mientras lo acaricio.
- Yo creía que tu mejor amigo era yo, pero ya veo que me equivoque – me dice Fernando entrando al lugar.
- ¿Estás celoso? – le pregunto con diversión mientras este se cruza de brazos – Ahora entiendo ese afán tuyo de seducir a todas las mujeres, es para que nadie se dé cuenta de que estás enamorado de mí, ¿verdad?
- Ya te gustaría – me dice riéndose – ¿Nos vamos?
- No puedo irme todavía.
- ¿Por?
- Según me dijo Adriana, Tania, la reportera del programa Amaneces, quiere hacerme una entrevista mañana, pero yo mañana no puedo, así que haber si puede hacerme la entrevista ahora – le cuento.
- Eso es fantástico – me dice con una sonrisa antes de que suene su teléfono.
Este lo saca del bolsillo de su pantalón y lo mira.
- Me encantaría quedarme contigo a la entrevista carnalito, pero hay una orquídea que me necesita – me dice con una sonrisa.
- ¡Ay! Pecador – le digo con diversión provocando que este se ría.
- ¿Desde cuándo es un pecado amar a una mujer? – me pregunta.
- Desde que esa mujer está casada, por qué no me vas a negar que es así, ¿verdad?
- ¡Ay carnalito! Me conoces muy bien. Por desgracia esta florecita está casada con un animal que la maltrata física y psicológicamente – me dice con pesar y dolor en su voz.
- Anda ve a darle un poco de amor a esa mujer que tanto lo necesita. Llévate la moto – le digo.
- ¿Y tú como te regresas? – me pregunta.
- Hugo me deja en la casa antes de irse para la hacienda – le digo.
- Gracias. Nos vemos mañana – me dice dándome un abrazo.
- Te cuidas.
- Siempre – me dice antes de irse.
- ¡Christian! – me llama Adriana provocando que me voltee para mirarla.
Al mirarla veo que viene con Tania y con un camarógrafo.
- Hola. Buenas noches – les digo.
- Hola. Buenas noches. Muchísimas gracias por esta entrevista y por el tiempo – me dice Tania con amabilidad.
- Gracias a ti – le digo con una sonrisa.
- ¿Empezamos? – me pregunta.
- Sí. Solo dame un minuto, por favor – le pido y está asiente en respuesta – ¡Hugo! – lo llamo – Dale una ducha de agua fría a Aquiles antes de subirlo al remolque, por favor – le pido.
- Claro que si Christian – me dice Hugo antes de llevárselo.
NAJWA
Escuchar a Christian cantar esa canción me provoco ganas de llorar porque su forma de interpretarla me dio la sensación de que había pasado por eso, aunque seguramente solo son ideas mías y él no paso por algo así.
- Jamás pensé que cantara tan bien – dice mi madre sorprendida antes de tomar un sorbo de té.
- Como no iba a cantar así de bien si su madre se la paso todo el embarazo cantándole – dice Panchita pensativa.
- ¿Por qué estás tan pensativa hija? – me pregunta mi madre con curiosidad.
- No sé por qué, pero la forma de interpretar que tuvo Christian con esta canción me dio la sensación de que paso por lo mismo – digo.
- Eres muy buena leyendo a las personas – me dice Panchita mirándome – Tienes toda la razón en tu apreciación, Christian, paso por todo eso.
- ¡¿Cómo?! – no puede evitar preguntar.
- Christian es muy cuidadoso con su vida privada, así que lo que les voy a contar no se lo pueden decir a nadie.
- No te preocupes que no vamos a decir nada – le digo luego de que mi madre y yo nos miráramos.
- Bien. Christian estuvo casado – nos suelta de golpe provocando que me atragante con el té – ¿Estás bien?
- ¡Hija! ¿Estás bien? – me pregunta al verme toser y yo asiento con mi cabeza.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! – le pregunto sorprendida una vez deje de toser.
- Hace cuatro años se casó por el civil con una mujer llamada Lorena Ibáñez, después de dos años de noviazgo. Yo creía que lo amaba, pero no era así. Cuando llevaban un año de matrimonio, Christian sufrió un accidente automovilístico que lo dejo paralítico.
¡Claro! Ahora todo encaja. Por eso desapareció por tres años y no se supo nada de él durante ese tiempo. Definitivamente, sí que es muy cuidadoso con su vida privada, puesto que nunca se supo que tuviera novia y mucho menos que se hubiera casado, es más, muchos medios decían que era gay.
- Todo el amor que Lorena decía sentir por él se le esfumó en cuanto los médicos le dijeron que Christian no iba a volver a caminar e inmediatamente le pidió el divorcio, ni siquiera se esperó a que saliera del hospital – nos cuenta con dolor y algo de odio cada vez que nombra a la tal Lorena.
- Esa mujer no tiene corazón – dice mi madre.
¡Ay mamá! Esa mujer más bien es una víbora.
- Luego de eso Christian se amargó, era como si estuviera enojado con la vida y con Dios. Empezó a tomar y no dejaba que nadie se le acercara, ni siquiera yo, porque decía que todos estábamos con él por lástima y no por cariño. Hasta que un día…
PANCHITA
Dos años y medio antes
- ¿Qué paso carnal? – le pregunta Fernando sentándose junto a él.
- Te dije que no quería volver a verte – le dice Christian luego de tomar un trago de la botella de tequila.
- Es que tengo mala memoria. Se me olvido ¿Ya comiste algo? – le pregunta Fernando.
- Sí, ya – le dice con ironía enseñándole la botella de tequila mientras yo me acerco a ellos.
- No ha parado de tomar – le cuento con dolor a Fernando tocándole el hombro derecho con mi mano mientras Christian sigue tomando – No quiere comer nada.
- ¿Ahora qué quieres? – le pregunta Christian.
- Lo de siempre. Darte lata, hacer justicia – le responde Fernando – Christian. Todos estamos muy preocupados por ti.
- Pues no lo estén porque yo ya no existo – le dice.
- O sea que estás dispuesto a acabar con tu vida – le dice Fernando mientras Christian toma otro trago de tequila.
- Es lo mejor para todos, ¿no? – le pregunta Christian mientras Fernando y yo negamos con nuestras cabezas – Ayer vi a Lorena cuando fui a firmar los papeles del divorcio y estaba muy feliz porque ya se había librado de mí – se ríe amargamente y con ironía – Si en algo me estimas vete, déjame morir en paz.
- ¿De verdad eso es lo que quieres? – le pregunta Fernando incrédulo.
- Sí, eso quiero – le dice agarrando la botella de tequila otra vez.
- No te estás dando cuenta carnal de que te estás dejando morir por una mujer que no te merece.
- No es por ella que estoy así, sino por mí – le dice – ¿Qué no te das cuenta maldita sea? Estoy muerto de la cintura para abajo. Que ya no soy un hombre completo y que ahora dependo de esta maldita silla de ruedas para moverme – le dice golpeando la silla con sus manos al referirse a ella.
- Deja de decir estupideces. Tú sigues siendo un hombre – le dice Fernando algo enojado – Mira carnal. Te la voy a poner fácil. O dejas de tomar por las buenas o te hago dejar de tomar por las malas.,
- Pues va a ser por las malas – le dice Christian.
- ¡YA! – le dice Fernando sacándole la botella de tequila de las manos.
- ¿POR QUÉ NO TE LARGAS? ¿QUÉ NO ENTIENDES QUE QUIERO ESTAR SOLO? – le dice Christian furioso agarrándolo por la solapa de la camisa.
- Entiendo perfectamente lo que está pasando, pero me vale madres. ¿QUÉ? ¿QUIERES QUE NOS AGARREMOS A GOLPES? – le pregunta Fernando enojado.
- Vete – le dice Christian sin responderle a la pregunta.
- Si me voy sería como aceptar que no te quiero carnal – le dice Fernando – ¡Ya deja de tomar!
- ¿Por qué?
Fernando lo agarra por la solapa de su camisa y lo levanta de la silla de ruedas. Lo mira por unos segundos antes de darle una cachetada.
- ¿Sabes cuantas personas hay en el mundo que sufren discapacidad? – le pregunta Fernando, pero Christian no le responde – Mil millones. ¿Y sabes qué? Esas personas son las más valientes de todas porque se levantan todos los días y luchan por salir adelante a pesar de sus limitaciones, pero por lo visto tú eres un cobarde. Así que si te quieres morir yo te voy a ayudar – le dice Fernando sentándolo nuevamente en su silla de ruedas antes de irse.
Media hora después.
Veo regresar a Fernando con dos cajas de tequila, las cuales deja en la mesa donde está Christian.
- ¡¿Qué es esto?! – le pregunta Christian muy sorprendido.
- Tequila. Para que te mates poco a poco como lo que eres, un cobarde – le dice Fernando remarcando la palabra cobarde – Te voy a mandar dos cajas de tequila diariamente para ayudarte a que te mueras de una maldita vez. O si quieres te compro un revolver para que te vueles la cabeza de un balazo. ¿Tú dirás que prefieres?
NAJWA
- Afortunadamente, después de esa discusión que tuvo con Fernando, reacciono. Dejo de tomar y decidió irse a Nueva York a operarse de la columna para volver a caminar. Fueron varias operaciones muy difíciles, aunque la rehabilitación fue mucho peor, pero gracias a Dios logro volver a caminar – nos termina de contar.
Christian, definitivamente, es un luchador porque no se dejó vencer y lucho hasta conseguir volver a caminar. Si antes lo admiraba como cantante, ahora lo admiro como ser humano.