― No vas a decir nada, ¿Por qué? ¿No te alegra verme? ― ladea la cabeza con una media sonrisa en su rostro.
― ¿Cómo puedes estar aquí? ― Pregunta la pelinegra ― Te vi desaparecer con los custodios, pensé que habías muerto o que estabas preso en algún lugar.
― Que cruel ― eleva una ceja ― Pero estoy aquí, admito que estuve un poco desaparecido del mundo intentando recuperarme y mantener un bajo perfil, tus padres me dejaron bastante mal.
― Te lo merecías ― rueda los ojos ― ¿Para qué has regresado? ― lo observa desafiante.
― No he venido a atacarlos si es lo que te preguntas ― camina unos pasos hacia ella ― Vine a verte a ti, a darte… las gracias.
― ¿Por qué? Tú no eres precisamente alguien que de gracias o que pueda considerarse como empático. ― cruza los brazos. ― No hay nada que me t
