Gaia se mantiene ovillada en el pequeño sofá que se encuentra en su habitación, cierra los ojos derramando las ultimas lagrimas que le quedan para luego suspirar y limpiarlas con el dorso de su mano, observa por la ventana, nuevamente nieva y los copos danzan con lentitud invitándola a salir, siempre ha disfrutado de las tormentas nevadas pero ahora, siente que salir sería un grave error; su madre está muy preocupada, su padre ni siquiera puede hablar sobre el tema sin alterarse y querer matar al que tenga más cerca y su hermano le ha quitado la palabra desde el día anterior, ¿Qué hacer? Realmente se ha equivocado, Bram sigue allí afuera y no sabe cuánto tiempo podrá evitar verlo, no porque lo desee sino porque el vampiro ha dejado claro que tiene interés profundos por ella pero la confusi