Entrenar los próximos días estuvo lleno de actividad. Corrí lo que parecían veinte millas y aprendí varios movimientos tácticos nuevos con facilidad. Cuando estábamos entrenando en combate con nuestras bestias, destacaba. Resultó que Charlotte era una verdadera guerrera natural. Era sigilosa, rápida, fuerte, y hacía movimientos inteligentes y superaba a nuestros oponentes. Me senté en nuestra mente, viendo a través de sus ojos, y le di control total. Sería letal en el campo cuando llegara su momento de brillar. Usó nuestro don para entrar en la mente de nuestros oponentes y siempre iba un paso por delante de ellos. Era maravilloso presenciarlo. El sábado llegó y nosotras, las chicas, reservamos un día de spa temprano. Un día para relajarnos, recibir masajes en nuestros músculos, facial