PV LIAM
Suena el timbre y mis nervios están a flote, todavía no puedo creer que me vaya a pasar esto, no sé si seguir odiándola o comportarme como un caballero, pero con solo recordar lo que ella dijo de mi hierve la sangre
Entran en la sala y la veo esta hermosa con ese vestido rojo, su mirada recorre toda la habitación hasta que su mirada da con la mía, en eso miro detrás de ella y está Salma la muy descarada, me cierra un ojo y me tira un beso, la miro con odio puro, ¿cómo se atreve la muy estupida?, ella sin más da la media vuelta y se va.
Vuelvo a posar mi mirada en Natasha y ella traga grueso y baja la cabeza, diablos seguro pensará que a la que le hice esa cara fue a ella, bueno la verdad no debería interesarme nada de lo que ella piense.
—Buenas noches Familia Berlusconi — dice por fin Ryan rompiendo el silencio.
—Hola Ryan que bueno que ya llegaron —ahora es mi padre quien habla.
—¿Pasamos a comer? ya está la cena.
—Si claro Nadine, es mejor cenar antes de tratar el tema por el que estamos aquí, —dice la madre de Natasha.
Miro a la mujer que me ha roto el corazón y me da una sonrisa cálida, yo no sé cómo reaccionar ante esa bella sonrisa, que derretiría hasta el corazón más congelado.
Todos asentimos, mientras nos dirigimos al comedor todos nos saludamos entre sí, cuando me toca saludar a Nat, la tomo del brazo y hago que se detenga para que no siga caminando.
—¿Ya te dijeron de qué va todo esto?
—Si me lo dijeron justo antes de salir de casa.
—OK, tenemos que hablar nosotros solos, te voy a esperar en el despacho cuando veas que me levante, cinco minutos después hazlo tú, necesito aclarar ciertas cosas contigo.
—Está bien —Dice Natasha, cuando va a decir algo más, un carraspeo detrás mío se oye y es Salma con la comida y su mirada es de odio puro, pero no me importa.
—¡Vamos! — le digo a Nat tomándola de la cintura y haciéndola caminar hasta la mesa.
La cena transcurre normal y entre risas gracias a las bromas de Santiago, pero mi mente no puede dejar de pensar, ¿y si hablo con ella y aclaro de una vez este asunto de una vez por todas y preguntarle porque dijo todas esas cosas de mi, saber si en verdad nunca le he importado?
Salma es otro cantar, se está comportando como toda una cualquiera, solo a hacerme caritas y ojitos, también pude observar que Natasha más de una vez la ha cachado, puedo notar que no le gusta.
¿Será que le intereso? ¿Y si es así debería vengarme y hacerle lo mismo que me hizo a mí? ¿o debería ser como aquel joven que conoció antes de que cumpliera once años?
Después de la cena pasamos a la sala, y por la cara de nuestros padres viene el tema que nos ha traído hasta acá.
—Bueno yo sé que prácticamente todos ya saben del porque de esta reunión, pero los que no están al tanto que son Jade y Santiago dejenme decirle que su hermano se casará con Natasha.
Al decir eso mi padre, Natasha empieza a toser, casi se ahoga tomando agua.
¿Cómo es eso papá? — Pregunta Santiago muy sorprendido, Jade de puro milagro ha quedado muda.
—No vamos a explicar los detalles Santiago, los principales ya saben el porqué de las cosas, y es lo único que importa, así que esta cena es para confirmar y celebrar en familia el compromiso de Liam y Natasha.
Santiago y Jade están que no lo creen luego de unos minutos Santiago sale del shock y se viene abrazarme.
—Felicidades hermano, y déjame decirte que no tienes para nada mal gusto te llevas a una mujer hermosísima y muy buena.
En ese momento miro a Natasha que está ruborizada por lo que acaba de decir Santiago.
—Gracias hermano lo sé. — ella me mira sorprendida por lo que acabo de decir.
Veo la hora y creo que es hora de ir al despacho, yo la miro y le señalo el reloj, ella entiende por lo que contesta asintiendo con la cabeza.
Me dirijo hacia el despacho sumamente nervioso, no sé por donde voy a empezar o qué le voy a decir.
Lo que sí quiero es saber el porqué dijo lo que dijo, ¿seré capaz de perdonarla por a verme herido como lo hizo?, ¿ella será capaz de quererme?
Estoy tan sumido en mis pensamientos, que no me había dado cuenta de que tocaban a la puerta.
—Muy bien Liam llegó el momento, vamos amigo tu puedes — Me digo a mi mismo en un susurro.
Pero mi sorpresa es mayor cuando al abrir la puerta es Salma quién está parada ahí. Yo frunzo el ceño.
—¿Qué diablos haces aquí?
—Mi amor no aguanto estar más bravita contigo, yo por ti sería capaz de hacer cualquier cosa, hasta tu amante.
—¿Amante? Pero qué diab....
No me deja terminar de hablar ya que se me lanza encima y me besa y justo cuando la voy a separar, escucha la voz de la persona que menos quería que me viera en esta situación.
—¡LIAM!, ¿SALMA? ESTO NO PUEDE SER VERDAD.
Mierda, mierda y triple mierda, esto va de mal en peor.
PV NATASHA
Espero el tiempo prudente, pido permiso y digo que voy al baño, me dirijo hacia el despacho, miro la puerta abierta, al mirar al interior del despacho veo a Liam besándose con alguien,
—LIAM— al volverse observo que es — ¿SALMA? —ESTO NO PUEDE SER VERDAD.
—Natasha esto no es lo que crees.
—¿Y qué crees tú que yo creo?
—Natasha déjame explicarte por favor.
—No hace falta Liam, tú puedes hacer con tu vida lo que te dé la gana, la verdad lo que vamos hacer es porque nos están obligando no porque alguno quiera.
—Nat por favor, déjame hablar bien contigo — Mira a Salma asesinádola con la mirada, ella se va furiosa.
Yo la verdad deseo matarlos a los dos, pero la verdad me contengo, una vez solos no soy capaz de aguantarme.
—¿Tan poco hombre eres?. ¿Para eso era que querías que viniera?
—Maldita sea, escúchame un momento.
—No, no quiero, pero quiero que sepas que al igual que a ti me obligaron a aceptar casarme contigo, porque yo no tengo la mínima intención de querer hacerlo, ya que no eres el hombre para mi, eres muy poca cosa Berlusconi.
Liam palidece ante mis palabras, y da un paso atrás, pero la verdad es que no me importa es cierto lo que digo, definitivamente no es el hombre para mi es un mujeriego y un hombre así es muy poca cosa para mi.
—¿Qué has dicho Natasha?
—Lo escuchaste perfectamente, ahora me largo, porque no quiero verte un minuto más.
Salgo del despacho dando un portazo, claro con razón Salma quería asesinarme con la mirada cuando me vio.
No dejaré que juegues conmigo, no te lo permitiré.