Caminaron hacia la vivienda principal, donde subieron por la escalera semicircular donde subieron a la planta de arriba y caminaron hacia la segunda habitación que se contaba por la izquierda. Stefan le abrió la puerta y Kaia se quedó mirando los techos que cobraban protagonismo en el dormitorio, donde la comodidad se aliaba con la funcionalidad. Encima del colchón había un pijama bien doblado y al lado de esta prenda, un vestido entallado en punto con estampado brillante con hilos metalizados en la trama. Era un modelo sin mangas y con cintura entallada, espalda descubierta y cuello con cierre de corchete en la nuca. En los pies de la cama, había unos tacones de ante sintéticos con puntera puntiaguda, tiras cruzadas en la parte superior que se ataban en los tobillos, un adorno de me