Guardó la foto en la cartera y luego ésta en el bolsillo interno de la chaqueta gris oscuro y se levantó. Se acercó hasta ella y cuando estuvo enfrente, le pidió: — Dese la vuelta, por favor. Ella se dio la vuelta y se quedó mirándose en el espejo. Sin duda, ese vestido le quedaba mejor que los demás y parecía que era de su talla. Empezó a tocar la falda y una pequeña sonrisa salió de sus labios. Era la primera vez que se veía tan guapa, pero no se veía casándose con ese vestido. Gracias al espejo, podía ver la cara que Stefan tenía puesta, mientras miraba como el vestido le quedaba. La silueta de su cuerpo estaba bien definida, debido a cómo le quedaba la tela. Él le puso las manos por los hombros y fue bajando despacio por sus brazos. El tacto de la piel de Stefan sobre la suya,