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Virginia solo quería alejarse, cuando comprendió lo que había hecho se sintió mal. «¡No debí empujarlo al agua! ¡Ay, no! ¿Qué estoy haciendo? Debería escapar de todo esto, no soporto más», pensó —Mamita, ¿Por qué estás llorando? —exclamó Lyra Virginia titubeó asustada, no quería que la viera llorar. —Yo… se me metió una basurita en el ojo… Lyra le miró con duda. —¡Mamita! —gritaron los gemelos al unísono —¿Qué pasa? —exclamó Virginia al verlos tan desesperados —¡Sia huyó! Los ojos de Virginia se abrieron enormes ante sus palabras —Pero ¿Qué dicen? ¿Cómo qué huyó? ¿A dónde y por qué? —Sí, ¿por qué? ¿Qué le hicieron, gemalos? Los niños se miraron asustados. —¿Qué pasó, niños? Por favor, díganme —Virginia suplicó Dante se echó a reír. —Es que ella no dejaba de molestarnos, le