Julieta tragó saliva.
—¿Muerte? —dijo Virginia temerosa—. ¿Quién va a morir?
Los ojos de la mujer se fijaron en Julieta.
—Veo personas, personas muy ambiciosas, con corazones oscuros, que están cerca de ti, ellos no te quieren, no para bien, buscan dinero o fortuna…
—Pero, yo no tengo nada de eso —dijo Julieta sonriente—. Soy tan pobre como cualquiera.
—Bueno, no lo sé, pero estas personas vienen por ti, no sé cuándo será, solo cuídate, veo un hombre, que zigzaguea entre bien y mal, parece herido, pero te ama, te ama profundamente, te lo demostrará, veo a otro hombre, pero él está más allá del mal, por mucho que quieras salvarlo, él caerá en su propio abismo, hay una mujer que lo maneja como si él fuera su títere, te causará dolor, pero, nada que no pueda ser curado por quien de verda
