-¡¿Qué?! –La ira corrió abrupta por mi cuerpo, manifestándose con un golpe en el escritorio y mis piernas abandonando mi asiento. -No solo esas, también las de HongTech, Ridgard Transportation, Textiles Internacionales, White Telecom… –Lo interrumpí. -¡¿Maiden Co. las absorbió?! –Cuestioné caminando frustrado por la oficina. -No, Emma las compró. Y espera, la lista de empresas sigue –Me reveló sin disimular su coraje. -¿Todas son empresas que nosotros investigamos? -Incredulidad, indignación y un sin fin de cuestionamientos me llegaron. -¡Bingo! –Respondió con orgullo ante el descubrimiento. -¡Maldita hija de puta! ¡Es una bruja desgraciada! ¡Un monstruo!–Todo se presentó con mayor claridad. -¿Qué vamos a hacer? –Preguntó Hugo del otro lado de la línea. Sabía que estaba dispuesto a