Aunque Tae Young se forzara a intentar recordar algún evento que confirmara lo que el Emperador le había dicho, no había nada en su memoria. Nunca hubo algún hombre que pareciera ser demasiado íntimo con él, en realidad nadie a excepción de la Dama Kim, pero sabía que el hombre frente a él no se estaba refiriendo a una mujer. Pensó rápidamente y a aparte de los guardias que cuidaban su palacio, la única otra persona con la que parecía que tenía contacto era el médico real, pero en nadie de ellos podía encontrar un posible amante, y él creía que en todos los meses desde que llegó, si esa persona existiera, ya debió haber tenido contacto con él, pero nunca hubo una insinuación de algo así. Una sonrisa irónica apareció en los labios de Tae Young mientras pensaba en las palabras del Emperado