Sus ojos se sentían extremadamente pesados y fue una verdadera lucha el intentar abrirlos ligeramente. Podía escuchar unas voces que le costó reconocer y entender de qué hablaban y, ni siquiera fue consciente de que de su boca salió una suave queja mientras intentaba moverse, pero fue demasiado difícil. Miró a su alrededor intentando reconocer en dónde estaba ya que fue fácil darse cuenta que había dejado el palacio en el que en los últimos meses llevaba viviendo, pero todo con lo que se encontró fue con el techo de una tienda entre un verde militar y un gris, el lugar parecía amplio; quiso mirar más a su alrededor, pero una figura deteniéndose junto a la cama captó su atención. Sus ojos se entrecerraron un poco para ver mejor a la persona, quien tenía en el lado izquierdo de su cabeza