La joya Era una de esas lindas y gráciles criaturas nacidas, como por un error del destino, en una familia de clase obrera. Como carecía de dote, de esperanzas para cambiar de posición, medios para ser conocida, comprendida, o querida, no pudo casarse con un hombre rico y distinguido; aceptó por esposo a un humilde empleado del Ministerio de Instrucción Pública. Sin posibilidad de presumir, fue sencilla, pero pesaba en ella la infelicidad de la desclasada; ya que la belleza, la gracia y el encanto sirve de noble cuna a las mujeres que carecen de posición social. Su delicadeza natural, su elegancia instintiva, su nobleza de espíritu es para ellas la única jerarquía, que iguala a las hijas del pueblo con las más grandes señoras. Sufría continuamente, sintiendo que había nacido para todas