Punto de Vista Xavier Al ver a Julia, mis nervios se calmaron, y era consciente de que el único responsable de su seguridad era yo, no sabía en que momento aparecería Irina y nos acabaría dándonos miles de disparos, y nuestros cuerpos caerían dispersos por la sala de este hospital, o peor aún, en la calle. Le sonreí a Julia y le di un beso en la frente. —Todo va a estar bien preciosa, porque yo voy a cuidar de ti. Ella me apretó la mano y detuvo el paso, jalandomela un poco para que le prestara atención. —Oye. Necesito decirte algo Xavier. —Dime preciosa, lo que sea —Jamás vuelvas a gritarme, por ninguna razón, de ninguna manera me tomes con fuerza, porque te juro que así vengas de rodillas, me llores, me supliques, no regreso a tu lado, esta es la primera, y última vez que