Punto de vista Xavier El doctor revisó el pie de la pequeña Julia y efectivamente, estaba fracturado su dedo y era necesario inmovilizarlo, por un momento me sentí mal porque ella soportó el dolor, solamente por estar en la pasión conmigo, eso me demostraba que yo también le gustaba en la misma magnitud que ella a mí, y me hacía sentir como un adolescente enamorado. ¡Que peligro! Ella estaba recostada en su cama, con el gato a su lado, le acariciaba la cabeza y podía jurar que sentía celos por los mimos que le hacía al felino, quería ser yo al que le rascaban la cabeza, pues él ocupaba un espacio más grande en su corazón que el que ocupaba yo. Baje a la cocina, preparé unos sándwiches y un jugo de frutas, los serví en una bandeja y los subí a su habitación. Julia se quedó mirándome