Sonrío disfrutando los besos que me da Ian Kilian en el cuello mientras me abraza por la cintura, pegando mi espalda contra su pecho. Permanecemos sentados en los escalones disfrutando el agua fresca y el sol tibio de un día simplemente precioso. Me río viendo a Raúl casi menearle la colita a Carmen mientras la sigue de un lado a otro como un perrito enamorado, rodeándola y coqueteando con ella a cada instante que puede, intentando besarla y abrazarla sin descanso.— ¿Qué le pasa a tu papá?— es decir, mis padres no eran necesariamente los seres más empalagosos y románticos del mundo en general, ambos claro que tenían sus momentos pero no como los dos mayores frente a mí que parecen chiquillos enamorados. —Es un tonto…y está enamorado. Es de esos que se prenden con el rechazo y Car