Capítulo 17

934 Words
Me removí en la cama escuchando como tocaban la puerta, sabía que ese sonido no despertaba a Josh, a pesar de que su cuarto estaba cerca. Levante la vista y mire el reloj de mi mesita de noche, ¿Quién carajos toca la puerta a las cuatro putas de la mañana? Me pare y camine hasta la puerta, me tome un momento para ver cómo estaba vestido, no estaba mal, usaba mi pijama usual. Abrí la puerta encontrándome con dos melenas largas rubias, miré a las chicas al frente mío, tal vez mi cerebro no las reconoció por que seguía dormido o no las reconocí porque pasaron tres años desde que las vi, sin embargo, era imposible olvidar a mis hermanas mayores, Dylan y Gina. Sin hablar o dejar que alguna de ellas hable, les cerré la puerta en la cara.   — Váyanse — Les grite caminando hasta mi cuarto para poder seguir durmiendo, ya que hoy es lunes y tenía que estar despierto a las 6. Me acosté en mi cama y enseguida me dormí. Termine de escribir las cartas de despedida para mi abuela y para mi hermana, Dylan. En cada una redactaba algo diferente En el de mi abuela decía que me perdonara por irme, ella es la única persona que me considero familia, y la única que no me excluyo. Y en la carta de Dylan, buena en esa hay un montón de insultos y quejas, me tomo dos páginas escribirlas, tomando en cuenta que le relato mis sentimientos y todas esas cosas, respecto a esta casa. Suspire, hoy todos salieron a una cena familiar, obvio sin mí. Baje las escaleras y puse las maletas alado de la puerta, volví a subir y entre en el cuarto de Dylan, deje su carta en la almohada. Nuevamente baje y entre en la cocina, hay estaban Eva y Harry, el chófer. Les sonreí a ambos.   — Eva, ¿Les das esto a mi abuela cuando venga? —Le digo extendiéndole la carta. Eva asintió y tomo la carta.  — Te vas. — Afirmo Harry en murmuro. Asentí, ellos eran mis únicos amigos aquí, y sabían el infierno en el que vivía.   — ¿Tienes lo necesario? — Pregunto Eva, derramando algunas lágrimas. Ella era la única que sabia que planea irme. Asentí— Mi vuelo sale a las 9:00 y son las 7:00, hice que papa firmara un permiso para salir del país sin que se diera cuenta, tengo un apartamento, y ya me inscribí en un instituto —Le explico para que no se preocupara.   — Si necesitas algo o a alguien no dudes en llamar, y no menciones a donde iras. Reí asintiendo, la abrace y ella a mí, cuando nos separamos mire a Harry quien no había hablado en todo el rato. Él me miro y asintió entendiendo mi mirada. (...) Harry estaba sentado a mi lado, esperando que anunciaran mi vuelo, según él no se iría hasta verme pasar por esas puertas.   — ¿Sabes?, de todas tus hermanas te pareces más a ella, tu sonrisa, su cabello y sus ojos — Empezó a decir Harry mirando hacia algún lugar, perdido en sus pensamientos. No tenía que preguntar, ya sabía de quien hablaba— Especialmente en actitud, recuerdo que ella amaba dormir hasta tarde, al igual que tú. Me rompe el corazón saber que la viva imagen de Sarah se va del país, ellos te aman, lo sabes ¿Verdad?   — Si lo hicieran no se comportarían de esa manera —Le respondo frunciendo el ceño. Una voz femenina anuncio que mi vuelo saldría pronto, tome mis maletas y me pare, camine hasta el lugar indicado y deje mis maletas donde corresponde. Me gire hacia Harry y lo abrace, el no demoro en abrazarme.   — Se siente bien recibir más abrazos en una noche que en 10 años — Murmure en su oído.  Mire la pared de mi cuarto, donde tenía colgando unas fotos de un alambre de luces de navidad, en todas salí con mi familia, hasta los 6 años, después de eso no había más fotos en donde yo saliera. Fije mi vista en el reloj, son las 6, suspire parándome de mi cama, no había podido dormir desde las cuatro. Tendré que saltarme dos clases para ir a la biblioteca y poder descansar. Luego de bañarme y vestirme tome mi mochila. Sal del cuarto y camine hasta la sala, al llegar mire el sofá, Dyaln y Gina al verme se levantaron y trataron de acercarse a mí, pero me aleje, ella al ver mi rechazo, se mantuvieron quietas.   — Creí haberles dicho que se fueran —Le digo caminando a la cocina. —   Tu amigo nos abrió, él ya se fue al instituto —Me dice Dylan mirando todos mis movimientos. Maldito traidor. Me sumergí en mis pensamientos, tanto que no vi venir la cachetada en mi rostro, aturdida levanté la mirada y vi a Dylan con el ceño fruncido y los ojos llorosos.   — ¿En qué pensaste cuando te fuiste? Te estuvimos buscando por todos lados, creímos que estaba en esa excursión —Me grita. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, haciendo que Dylan retrocediera un poco.  — ¿En qué pensé?— Repetí su pregunta— En que no volvería a verlos, y eso me alegro —Le dije mirándola fijamente a los ojos. Camine hasta la puerta y la abrí, pero antes salir voltee hacia ella.   —  Siéntanse libres de irse cuando quieran, y por libres me refiero a que no las quiero ver cuando vuelva y sin más salí.
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