Alec regresa resignado a la casa de su hermano, aparca su moto en el garaje exterior, los guardias lo saludan mientras el responde el saludo con un amigable gesto de cabeza.
Pero en su mente solo está el echo de dónde está connor y como se encuentra, es por eso que marca inmediatamente el número de Kol.
No puede dejar de pensar de ninguna manera en Cómo dejo que se fuera estando de aquel modo sabiendo que algo le podría llegar a suceder.
—¿Kol lo estas siguiendo?— Al primer pitido el custodio de su hermano lo atiende inmediatamente.
—Estoy cuidando de él, quédate tranquilo Alec— El morocho niega.
No se encuentra tranquilo, ni siquiera sabiendo que el custodio está a su lado, y no lo va a estar tampoco hasta que pueda ver frente a frente a su hermano, y que por sobre todas las cosas e
