ELIJAH

El cumpleaños

—¿Es para mí?— Nina sonríe con un brillo excepcional en los ojos a ver un pequeño paquete en las manos de uno de sus custodios entregandoselo a ella.

—El correo lo acaba de dejar en la puerta, por cierto feliz cumpleaños señorita Valentina espero que tenga un gran día— Ella sonríe y le agradece educadamente el saludo sin decir una sola palabra.

Toma asiento en el sillón de su living y abre el paquete entusiasmada. No esperaba un regalo de cumpleaños tan temprano, pero recibir algo la emocionaba, porque eso solo significaba que alguien había puesto tiempo y esmero en elegir algo para ella.

Tuerce su cejas al no encontrar ninguna nota de quién puede ser el destinatario del mismo.

El paquete consta de una caja de la marca de joyería Pandora con un charm de plata y oro, ella sonríe porque son sus pulseras favoritas, el dije es de la rueda del ojo de Londres.

No es una atracción a la que se haya subido nunca pero tiene un recuerdo muy fresco la cabeza de estar en un balcón, el cuál no reconoce ni recuerda dónde es, con esa impresionante vista hacia la rueda.

Le encanta, pero se encuentra aturdida al no encontrar destinatario, y al no recordar de dónde es la locación en la que ella la miraba.

Es por eso que el regalo le genera algunos sentimientos encontrados, el primero emoción y el segundo melancolía.

No obstante, suspira con una sonrisa de dientes sellados y se lo coloca en su pulsera haciendo juego con los demás dijes.

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—¡Feliz cumpleaños vida!— Él murmura en su cuello dejando un beso húmedo en él.

Valentina le sonríe y se da vuelta para abrazarlo. —¡Te extrañé!— Admite.

—Lamento no haber podido llegar antes— Frunce sus labios mirando su reloj pulsera.

—Lo importante es que estás ahora— menciona subiendo sus hombros.

—Te traje algo— Ella sonríe viendo la caja de Pandora, sube su vista hacia la del morocho negando...

—No era necesario— Le recuerda.

—Solo abrilo vida— Pide con voz suave.

—¿Buscaste esto para mí o mandaste a alguno de tus empleados?— Bromea mordiendo su labio inferior.

Connor sonríe de costado y la abraza volviendo a besar su hombro. —Cuando se trata de vos me ocupo personalmente vida— Admite.

Valentina no puede hacer más que abrazarlo y sonreír en su pecho, su lugar seguro.

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—¡Quiero que le envíen el cuerpo en una caja, y que pongas un explosivo de cuentavueltas!— Ordena limpiándose la mano y mirando su jefe de seguridad.

Quién inmediatamente asiente acatando sus órdenes.

—¿Deseas volar la casa o simplemente dejar un mensaje?— El morocho sonríe de costado.

—Podemos hacer ambas claramente, vamos a dejar un mensaje sí volamos toda la propiedad— Augusto, quién es su jefe de seguridad, asiente una vez más tomando su radio para llamar a las personas correspondientes de realizar aquel trabajo.

—Por supuesto— Asiente.

—¡Maldito imbéciles!— Lleva una mano a su cabello frustrado.

La fecha lo pone de mal humor y sólo consigue seguir recordando momentos que no le hacen bien.

Toda su madrugada fue de pesadilla, soñando con Valentina y los fugaces recuerdos que su mente le mostraba, y cada vez que miraba a un costado de su propiedad volvía a recordarla y eso le quemaba por dentro.

Se siente angustiado a todo momento, con una necesidad incontrolable de perderse en algún mundo que solo obtuviera con drogas.

—¡¿Porque me lo quitaste todo?!— Mira hacia arriba y niega con la cabeza con sus ojos vidriosos.

Se daba el lujo de flaquear cuando estaba en soledad, aúnque, a veces no lo podía evitar.

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—¡Esta noche es el cumpleaños de Valentina, como claramente sabran— Todos asienten.

—Si señor— Sueltan al unísono.

—Quiero que todos estén muy atentos a su alrededor, no quiero que nada se les pase por alto!— Tiene frente a él, un grupo aproximado de diez hombres uniformados muy elegantes los cuáles cumplen el turno de la noche por el día de hoy,

—¿Su escolta también va a estar para poder tener refuerzos de su lado y no dejarlo al descubierto?— Pregunta con mucha educación y cautela uno de sus empleados.

—Ustedes no se preocupen por mí, tienen que mantenerla a salvo a ella, lo que hicimos esta semana revolvió el avispero y puso las cosas un poco de cabeza pero no puedo cancelar su cumpleaños— Y claro que no puede, y tampoco, debería de estar dando tantas explicaciones a sus empleados, sin embargo, las mismas se le resbalan por sus labios.

La rubia todavía no se encontraba muy familiarizada con el trabajo que él realizaba, es por eso que, tampoco, puede ir dando brincos contándole absolutamente todo lo que hace y deja de hacer.

Sabe cómo es el temperamento de aquella pequeña que lo vuelve loco, y sí le dice que no va a poder asistir a su fiesta de cumpleaños, las cosas se van a poner un poco intensas.

Prefiere adelantar un paso tener un buen equipo que a él los empleados le sobran, y armar una buena táctica junto a su jefe de vigilancia.

Además, de que cualquiera que conozca a Connor sabe que Valentina es la luz de sus ojos y él lo daría todo por ella.

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Connlr simplemente se dedica a girar su cabeza hacia el rubio que tiene un costado, específicamente del cuál comenzó a desconfiar hace un año, pero ya saben... "Mantener a tus enemigos más cerca aún..."

—¿Vas hoy a la fiesta de tu hermana?— Cuestiona Connor, mientras se limpia un corte de cuchillo en su abdomen con un poco de alcohol puro de su botella de vodka importado, bebiendo un trago de la misma desinteresado.

Acaban de ingresar a su propiedad hace no mas de media hora y ya hay botellas de alcohol e insumos para los mismos sobre la mesa ratona que tiene en frente.

Tuvieron algunos inconvenientes con los tratos que esperaban cerrar en la mañana y es por eso que el mismísimo jefe está herido.

—No es cierto— Su ex cuñado bufa, y niega con la cabeza removiendo su cabello mientras carga su arma y la coloca detrás de su cintura.

Mira a Connor trabajar en su herida y cómo ni un sólo músculo de su cara se mueve de dolor.

—Lo olvidaste, Kaleb— Niega burlón.

Si la gente que trata con el día a día, supiera que tiene una doble vida pediría pruebas para constatar que eso es real, ya que la fachada que el morocho tiene para con todo el mundo es meramente intachable, siempre en perfectas condiciones y jamás se lo imaginarian con un corte de ese tamaño o sus manos manchadas de sangre, pero Connor es una persona que no teme ensuciarse no disparar a sangre fría si cree que ayudará en la causa.

—¡Va a matarme cuando vea mi cara!— Asegura.

—No es para menos— Se ríe, sin importarle realmente lo que le suceda.

—Le prometí qué la iba a llevar, para que no tenga que manejar y pueda estar tranquila tomando con sus amigos y todo eso— Alza su mano intentando explicar todo.

Ve el rostro perdido de Connor e intenta cambiar de tema rápidamente.

—Bueno ahora ya lo sabes— Le guiña un ojo irónico.

—No se que hubiera echo si no me avisabas... Te debo una para variar— Rueda los ojos y acomoda su cabello con algo de molestia en su rostro.

A kaleb se lo encuentra entre una lucha interna consigo mismo, buscando alguna mentira para poder decirle a su hermana.

Realmente no quiere ir con ella, pero sabe que tendrá que hacerlo, es sólo que desde hace bastante tiempo ella no le es del todo importante para el rubio.

—Lo que hacés siempre— Rueda los ojos obvio, y ambos sueltan una divertida y cómplice carcajada,

—Es probable— Se ríe de costado.

—Sos el número uno poniendo excusas, claramente, tu hermana va a creer cualquier cosa que le digas— Kaleb Terrens se ríe y sonríe orgulloso de las palabras de su amigo ya que por supuesto son ciertas.

—Cada día es más perspicaz igualmente— Alza sus cejas y rasca su frente.

—No lo dudo— Comenta Connor distraído.

—Tu regalo la dejó fascinada, jamás va a ponerse así con un regalo mío— Se queja negando divertido.

La palabras dichas por kaleb penetran cada célula de su cerebro, pero no refleja nada en el exterior, daría toda su fortuna y más por haber visto su rostro al recibir su regalo, pero sabe que no lo merece.

Él le resta importancia a sus palabras y a su preocupación con un gesto de mano mientras que se baja la remera rápidamente por su torso herido.

Se acomoda su campera camuflada sobre su espalda mientras se dirige hacia las afueras de su propiedad, mas específicamente a su camioneta Mercedes-Benz.

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—¿Amor estás lista?— Ella muerde su labio inferior mientras que se asoma por la puerta más cercana a ambos.

Él la mira de arriba abajo dejando a un lado su reloj pulsera que aún no terminaba de ponerse y sonríe de costado extendiendo su mano para que ella la acepté y se acerque a su torso.

—Si— Suspira sonriendo.

Perdida en los ojos grises verdosos de Connor.

—¡Estas hermosa vida!— Besa su frente y acaricia sus mejillas para tenerla entre sus brazos la mayor cantidad de tiempo posible.

Era como un cachorrito cuando estaba en los brazos de Valentina, era débil, se sentía a salvo al lado de ella.

—¡Estoy emocionada por ver cómo quedaran esos globos de animalitos— Pega un saltito y Connor rueda los ojos divertido mientras que niega con la cabeza.

La rubia le pidió que le prestará uno de sus tantos bares para festejar su cumpleaños.

Él por supuesto que no se había podido negar a tal petición, cuándo Valentina lo miraba con esos ojos tan transparentes y tan descriptivos.

Lo había vuelto loco con todos los globos que ella quería poner en los vip y a un lado de la barra, la fiesta sería privada y asistirían amigos de ambos, era su segundo cumpleaños juntos y recién ahora sus hermanos comenzaban a aceptar a Connor junto a su hermana, de cualquier manera, a él eso no le importaba en absoluto, por lo que vivía el día a día con la rubia que lo había cambiado por completo.

Él seguía siendo frío y distante para con los demás pero con ella era totalmente otra persona y no le daba vergüenza serlo, Nina, como sus amigos le decían, valía la pena, Nina lo valía todo para él, incluso mucho más que la pena.

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Connor traga saliva y saca esos recuerdos de su mente, aprieta sus labios y suspira volviendo a la realidad e intentando retomar la conversación con su amigo.

Mira hacia el cielo despejado achinando sus ojos por la resolana y luego vuelve a prestar atención a Kaleb.

—Solo tenes que llevarla y después venís con nosotros, ni siquiera se va a dar cuenta de que tenés un golpe— Chasquea su legua y juega con las llaves en su mano algo molesto y nervioso.

Desde hace algún tiempo que esta fecha no le era de su agrado, ya que se sentía completamente apartado de la vida de Valentina y eso lo enloquecía.

—Me hará problema porque no le va a gustar que sus amigos me vean así, pero me da igual— Rueda los ojos.

Connor no deseaba nada más que partirle su cara de un solo golpe, pero sabría que ambos hermanos masculinos caerían tarde o temprano y no había nada más espectacular que una dulce venganza.

—Siempre surgen negocios, así que sabes que no vas a tenerla cerca en la madugada— Palmea la espalda de su ex cuñado, quién le responde con una sonrisa en sus labios aceptando el plan y relajándose un poco ya que Connor tiene razón al respecto.

—Placeres de no tener familia viva— Comenta Kaleb con una mueca en su boca.

El ojigris sonríe asintiendo mientras sube sus hombros no pudiendo negar la veracidad de lo que dice kaleb.

Destraba las puertas de su camioneta mientras que se coloca los anteojos de sol, e intenta sacar todo ese rencor que tiene dentro desde que despertó, incluso, desde hace mucho más tiempo, pero su humor por la mañana de hoy se había incrementado.

—Te veo a la noche— Sube a la camioneta mientras Kaleb se cruza a su jeep, luego de haber alzado su mano en mano de saludo.

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—¿Te pusiste un traje por mí?— Abre sus labios sorprendida y lo mira coqueta.

—Tenia que estar a la altura de mí novia, vida— Besa su frente.

—Tengo que admitir que no sé qué prefiero más— Se ríe y muerde su labio inferior.

—¿Si desnudo o vestido?— Sonríe levantando su comisura derecha.

—Si jeans o traje ¡¡Connor!!— Sonríe avergonzada.

—Yo esperaba que desnudo— Le guiña un ojo coqueto y ella se ruboriza de inmediato.

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—¿Estas listo Kaleb?— Recorre el pasillo de la primer planta pasando por la habitación de sus dos hermanos, quiénes no daban señales de vida durante el día de hoy.

De Lucas Terrens era normal qué desapareciera, hasta incluso por algunas semanas, pero Kaleb había prometido estar, el había prometido llevarla a su fiesta de cumpleaños y no le perdonaría el que la dejara plantada.

—¡¡Kaleb, estoy llegando tarde por favor!!... Si no podías llegar a tiempo me hubieras avisado y le decía a alguno de los chicos que me llevará, siemplemnte te pedí porque no quería tener que dejar el auto allá después de haber tomado— Murmura acomodando su cabello a medida que se dirigía a la habitación más cercana.

—Lo sé, hermanita— Se burla.

—No puedo creer, que prometan algo y que después no lo cumplan— Frunce su boca molesta.

Sabía que ellos tenían sus temas, que mayormente ella vivía con sus guardaespaldas, pero era un día especial, el único día en el que ella pedía un poco de atención por parte de su familia.

No podía negar que le daban cada mimo y capricho que ella quería con tal de mantenerla alejada, pero a veces el regalo más necesitado es el cariño o un abrazo.

Claro que Nina no lo iba a pedir por si misma... Pero, no podía negar que no lo necesitara. Al menos, por el día de hoy, se sentía desde hace un tiempo vacía, con ese nudo en el estómago que la incomodaba a todo momento y a veces necesitaba que le desmostraran cariño.

Golpea con fuerza la puerta de la habitación de Lucas al cerrarla, le molesta de manera abundante que no haya sido capaz de mandarle un mensaje de texto por su cumpleaños.

La habitación se encontraba intacta como la había dejado hace unos días, ella siempre ingresaba para ver si había algún cambio demostrando que el volvió, al menos por unos minutos, pero últimamente no encontraba nada que le diera el indicio que ella necesitaba...

Sin embargo, tanto no se preocupaba ya que ella sabía que en algún momento su hermano volvería, cómo lo suele hacer las veces que desapare.

Se dirige por el pasillo contrario a la habitación de Kaleb las paredes hacían eco de sus pasos apresurados.

La habitación frente a sus ojos estaba mas que vacía, pero se notaba más movimiento que en la anterior, por suerte, suspira enojándose pero al mismo tiempo manteniéndose tranquila.

Sus tacones vuelven a retumbar por el primer pasillo llevándola al sillón gris a buscar su cartera para dirigirse escaleras abajo en búsqueda de su hermano.

—¡¡KALEB!!— Vuelve a insistir la rubia mientras baja las escaleras del departamento que comparte con sus hermanos.

Su fiesta de cumpleaños había iniciado hace una hora y media, esta vez no había pedido cerrar todo el lugar ni nada por el estilo, tenían apartado un vip gracias a su hermano en un pub al que ella fue alguna que otra vez de la propiedad del morocho, ésta noche estarían sólo sus amigos más cercanos.

Aúnque ella no recordaba sus cumpleaños pasados, pero si se da cuenta de que será muy distinto. Tiene esa sensación en el pecho desde el que día inicio.

Su hermano había vuelto a casa todo golpeado y estaba aun encerrado en el baño del primer piso, es por eso el humor de la menor de la casa.

Golpea con fuerza la puerta del baño mientras acomoda su vestido de lentejuelas negras... Sus tacos de sophia webster golpean el suelo al ritmo de justin bieber quien suena en los parlantes centralizados de su piso en Londres.

Dos guardias esperan en el living a que salgan todos de la propiedad.

Valentina los ignora completamente, ya que había aprendido a convivir con ellos desde hace algún tiempo, no los aceptaba pero era la vida que le había tocado, por lo cual lo disfrutaba cuanto más podía.

—¡¡Ya salgo enana!!— Grita del otro lado.

Rueda los ojos por aquel detestable apodo acercándose al espejo del comedor, donde el blanco predominaba, maquilla sus labios con un poco mas de rojo, jamas era suficiente de ese color.

—¡¡Es mi cumpleaños Kaleb!! Y voy a llegar tarde por tu culpa— Se queja con una mueca en su rostro.

Acomoda su cabello rubio con ondas dándole un poco mas de volumen y se toma una selfie para subirla instantáneamente a su i********:, inmediatamente los comentarios y los likes de sus amigos comenzaron a llegar inundando sus red social felicitandola por su día.

Kalen, finalmente, sale del baño acomodando su traje sin corbata en color azul azabache, mientras mira a su hermana y desaprueba con la mirada el atuendo.

—No quiero oír comentarios que no pedí, así que no me mires así por favor... No quiero volver a recordarte que estamos llegando tarde por tu culpa— Sonrie tiernamente y toma su cartera encaminándose a la salida del departamento la cuál es directamente el ascensor.

—Claro— Sube sus manos haciendo una mueca divertida por lo alterada que estaba ella.

Ted y Logan, los cutodios, destinados a Valentina los siguen en silencio, rápidamente se habían levantado de los cómodos sillones que adornaban la esquina más cercana a la escalera.

Y ya anunciaban por su cucaracha que estaban saliendo, Kaleb voltea los ojos hacía ambos grandotes y ellos se rien por cómo Nina vuelve loco al rubio en menos de un minuto.

—¿Algo que me quieras decir entre tantas muecas?— Coloca sus manos en forma de jarra sobre sus caderas.

—No digo nada porque vamos al mismo lugar, si fueras a otro lugar no saldrías hermanita, no con eso— Sonrie sacandole la lengua, mientras toma las llaves de su Jeep.

—¡Que anticuado!, ¡El empoderamiento de la mujer es de este siglo te recuerdo!— Brama.

Él sonríe negando con la cabeza.

—Sé que los custodios no van a sacar la vista de vos— Mira con amenaza a ambos castaños quienes asienten en silencio, y sin una mueca en sus rostros.

—Es demasiada coincidencia de que vayamos a un lugar en donde uno de tus grandes amigos y socio es el dueño, además tranquilamente me podía haber hecho cargo de contratar y pagar un vip en cualquier otro lugar— Lo mira con falsedad.

—Simple coincidencia— Miente.

—No creo que tengas nada para decirme respecto de mi atuendo o estilo de vida, menos sabiendo qué él me mira de esa manera tan extraña, cómo si estuviera ocultando algo— Sube sus manos a sus caderas.

—¡No digas pavadas!— Traga saliva.

—Sabiendo que solo lo conozco de lejos o de espaldas cuando me echas de tú oficina, porque eso es lo más extraño siempre lo encuentro mirándome pero jamás abre su boca— Él niega divertido con la cabeza.

—Veo que estas afilada hoy— Alza sus cejas y la mira a los ojos,

—Llegaste tarde— Esa es su respuesta para su humor.

—¡Ya dije que lo sentía! Dudo que encuentres un lugar mejor al que vas, todos los pub de Elijah tienen nivel y son excelentes— Se toca su labio y hace una mueca de dolor.

—Como sea— Murmura.

—Además es mi amigo no es tuyo, yo no soy amigo de tus amigos, por suerte— Le acaricia el pelo con ternura y algo de lástima en el fondo por lo que esta a punto de hacer junto a Lucas.

—Genial— Ella rueda los ojos ajena a todo mientras esperan el ascensor.

—Simplemente no apruebo el look— Sube sus manos quedando simpático, habiendo dado un cambio brusco de tema a la conversación.

—Yo no digo nada de tu ojo partido al medio ni de tu labio Kaleb... No seamos hipócritas por favor— Hace una mueca con su rostro señalándolo.

Su hermano pulsa para activar la alarma y bajan al piso del garaje, que es todo un piso para ellos por simple motivo de seguridad y porque se pueden permitir pagar la parcela completa.

—Feliz cumpleaños Nina— Besa su frente mientras bajan los diez pisos que los separan del estacionamiento.

—¡Era hora de que lo digas!— Él, vuelve a sonreír rascando el puente de su nariz.

—Vamos a disfrutar la noche y a no pelear por favor— Sonríe moviendo las llaves en su mano encaminándose a la camioneta.

La rubia lo sigue taconeando hasta subirse del lado del copiloto.

Ted y logan suben cada uno a una jeep un modelo más pequeña que la de kaleb.

—¿Sabemos algo de Lucas?— Pregunta mordiendo su labio mientras su hermano prende el motor y salen del estacionamiento.

—Debe de andar en la casa de alguna novia— Miente y aprieta sus manos contra el volante.

—Quizas— Valentina suspira y se acomoda en el asiento no dejando pasar por alto los nudillos blancos de su hermano.

—No le des tanta vuelta al asunto, sabes cómo es Lucas— Sube sus hombros queriendo cambiar de tema inmediatamente.

—Hace cinco días no responde mis llamadas, no quiero creer que esta enojado por nuestra ultima pelea— Juega con su celular que justo vibra.

Son dos de sus amigas preguntando donde se encuentra.

Su hermano usa eso como una ventaja de distracción y prende la radio, comienza a sonar una canción de rap movida que hace el clima y el viaje mucho más llevadero, más para él que para ella.

Se bajan del Jeep y Ted los espera para acompañarlos a la entrada vip, mientras que logan toma la camioneta para poder estacionar correctamente el vehículo.

Nina sonríe a sus amigas apenas las logra ver, se abraza con todas apenas ingresan a la zona vip del tercer piso, con balcón a los dos pisos antecesores.

Deja su cartera en el espacio que ocupará su hermano con sus amigos y se va al suyo... A pocos pasos pero con mas vista hacía abajo.

Kaleb se tira sobre el sillón n***o mientras juega con la cartera de su hermana.

Elijah choca las manos con él al llegar y toma asiento a su lado, ya con un vaso de whisky en ella, la mesera se acerca y le sirve a Kaleb, el alcohol y las drogas rebalsan la mesa de ellos.

Nina ya baila llevándose las miradas de todo el sexo masculino cercano a ella, Ted le tiende las llaves de su Jeep, este le guiña un ojo y le ofrece una de las botellas de agua que hay en la frapera, Ted la toma y se va hacía donde la rubia baila...

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—¿Porque la traen?— Pregunta expulsando el humo del último cigarrillo que había arrojado al suelo.

Ella mira el lugar con algo de recelo, más aún cuando sus ojos se clavan en los del morocho que la mira divertido, con una mirada para nada vergonzosa recorre su cuerpo sin ningún pudor de arriba abajo.

Valentina rueda los ojos y se va junto a Kaleb, quien la mira divertido terminando de chequear el estado de su auto.

Últimamente el morocho iba en varías oportunidades a las carreras, estaba siguiéndolos de cerca, había algo que no le cerraba del hermanos terrebs.

—Kaleb— Rueda los ojos y sube sus brazos.

—Ya veo— Murmura pareciendo aburrido.

—Ella se lo pide y él accede— Suspira, mientras que Connor la sigue observando sin disimulo alguno.

Nina se percata de su mirada y hace una mueca cuando lo ve acercarse a ellos. No pasa por alto la gente que lo rodea, pareciendo que en verdad lo protegen.

—¿Tenes la edad suficiente para estar acá?— Comenta burlón.

Ella se da vuelta cruzándose de brazos. —¿Tenés un problema con la edad?— Mueve su cabeza a un costado.

—Quizas— La analiza sin emitir una zona mueca con su rostro angular.

—¿O conmigo?— Kaleb cierra los ojos y mira a lucas.

Ambos comparten miradas que no son para nada pasadas por alto por el morocho.

—¡Con ninguna de las dos cosas, simplemente no es lugar para alguien cómo vos!— Dice cómo si fuera fácil de entender y cómo si ella no se si diera cuenta que resalta entre todos.

—¿Y cómo soy yo?— Pregunta graciosa.

No pidiendo entender la cantidad de pavadas que salen de sus labios. Labios que siendo sincera no puede dejar de mirar.

El morocho percatándose de aquello sonríe de costado muy divertido con toda la escena.

—Fragil— Sisea aquellas palabras y Valentina se siente humillada.

Pero un sentimiento peor es que le atraviesa el cuerpo y es la sensación de sentirse aterrada por la forma en que le dice las cosas.

—¿Y vos me vas a echar?— Alza sus cejas y lo enfrenta, cosa que a él le genera curiosidad.

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Parecía ayer cuando ella lo enfrentaba, y no sería la última vez... Se veía espectacular, como todos los días que él la veía.

—¿Como te fue?— Señala a la rubia y su hermano instantáneamente viaja a la tarde cuando su hermana lo vio llegar golpeado.

—La verdad es que pudo haber sido mucho peor— Suelta una carcajada negando con la cabeza y sube sus hombros.

—Te lo dije— Murmura

—Pero no sé cómo decirle la verdad sobre Lucas— Alza sus cejas sirviéndose más whisky.

—Eso es otro tema, Kaleb— Sisea las palabras con algo de recelo.

—¡¡El muy imbécil ni siquiera me contesta las llamadas!!— Miente y acaricia su cabello incómodo.

Connor sonríe de costado, sabiendo que miente, es por eso que ignora básicamente lo que le está diciendo... de igual manera aunque quisiera no puede sacar su mente de ella.

—Te diría que si supiéramos de verdad que es lo que está pasando o dónde está metido qué cuanto antes lo sepa mejor hermano, tu hermana puede reaccionar muy mal dependiendo la situación... Pero cómo todavía no sabemos nada podés esquivarla un poco más de tiempo— Sube sus hombros sonando por primera vez en mucho tiempo sincero.

—Lo se— Exclama tragando saliva.

—No nos olvidemos que Valentina sufrió un accidente automovilístico y tuvo una contusión en el cráneo por la cuál todavía tiene secuelas graves— Por supuesto, que él ya tenía un gran equipo de investigación trabajando sobre el tema y sabía por dónde podía ir la situación.

Le parecía mejor guardar silencio antes de averiguar de qué lado estaba kaleb, si sus sospechas eran ciertas las cosas estarían complicadas.

—Connor— Suspira su amigo.

—¿Uhmm?— Sisea.

—Yo necesito pedirte un favor— Él, lo corta inmediatamente levantando la mano sin quitar la vista de la rubia.

—La voy a cuidar Kaleb... Siempre— Bufa prendiendo un cigarrillo.

—¿Incluso si algo grave sucediera?— El morocho sonríe malicioso y asiente...

—¿Cómo podría dejarla? Si no me recuerda y sigo estando a su lado— Expulsa el humo del tabaco con pura naturalidad.

—Quizas sólo sean puras obsesiones mías— Intenta sonar divertido, pero Connor capta inmediatamente a que se refería.

—De cualquier manera sabes que no lo hago por vos; lo hago directamente por ella, el mundo es muy chico y las cosas pueden cambiar de golpe por lo que siempre voy a hacer todo por su bienestar— Su voz sale completamente como una amenaza y así la escucha Kaleb.

—Claro... Lo entiendo— Sube sus cejas intentando no hacer contacto visual con él.

—No me importa las cabezas que tenga que cortar, Valentina siempre es la prioridad en esto, por más que caiga, quién caiga— Relame sus labios y da otra calada a su cigarrillo.

Deja muy en claro que está sospechando de algo, a lo que Kaleb se siente absolutamente intimidado por la situación, mientras que Connor sólo presta atención a Valentina, desde su altura cuidando su espalda, cómo siempre lo hacía.