Alguna vez se han sentido nerviosas y emocionadas, pues yo lo estoy después de una semana de haber terminado mis exámenes finales en la universidad al fin regrese siendo apenas el segundo día en que duermo en este lugar, mi mente está fresca y mis ideas renovadas, Maria mi amiga no dejo de darme miles de felicitaciones al contarle cada una de las cosas que sucedieron aunque Lizeth mi otra amiga no estaba del todo conforme por lo que decidió darme ideas para poder llamar la atención de Matthew, espero y pueda lograr algo no dure todo el día de ayer renovando mi guardarropa con ropa que apenas me cubre cuando duermo.
Pero debo de aprovechar cada oportunidad, y perfectamente hoy es de noche justo el momento exacto para poder usar lo que básicamente me obligaron a comprar, aunque no me da emoción alguna el estar en este lugar desconocido con apenas algo de ropa.
Solo debo de seguir los pasos que me mencionaron mis dos compañeras de habitación, aunque las extrañare no estaré sin sus preguntas habituales cuando conoce algún chico y ahora que tengo a este hombre a mi lado en el mismo techo estarán más que pendientes a cada cosa que diga o haga, saben cuánto he estado muriendo por él aparte de que ya estaban hartas de que solo hablara de él sin atreverme a hablarle.
Son como mis consejeras privadas.
Pienso en miles de cosas y el nerviosismo no se larga de mi sistema, solo me azota a cada segundo de alguna manera me desquicia el no poder hacer nada y quedarme en blanco cuando lo vea.
Me siento en el sillón cansada por cada pensamiento y cada palabra que me han dicho.
“Paso uno a ver si lo puedo provocar”.
No creo que logre hacerlo, no tengo un cuerpo de dioses, claro que tengo un cuerpo aceptable pero no uno que deslumbre. A quien quiero engañar, soy un asco con una terrible autoestima apenas y logró calmar mis nervios cuando volví a verlo...solo fue mi amor platónico de secundaria, yo solo era menor ante él, solo pensar que era extraña al haberme fijado en alguien mayor a mi, desde ese momento me vi envuelta en muchos pensamientos, solo sentí que mi primer amor nunca sería correspondido al saber que ambos vivimos en un mundo lejos, él en ese momento ya era un hombre y yo solo era una niña que vivía en una burbuja alejada del mundo real que solo pensaba, y curioseaba en una imaginación desigual a la de los demás.
No podía dejar de pensar en todas las veces que escribía nuestros nombres conjugados y el apellido de él junto al mío, cómo imagine los nombres perfectos de nuestros hijos, y como termine decepcionada al saber que no sería nada para él, solamente de seguro me recordaría como la hija pequeña del director la cual solo lo acosaba la mayor parte del tiempo que estaba ahí.
Pero he cambiado, puede dejar de lado que ya no soy una niña mi cuerpo y mentalidad cambiaron aunque por lo que estoy por hacer es solo un plan de niñas chifladas con sus hormonas en pleno apogeo, ¿lo soy?, sí lo soy.
Cuando llegue a esa casa solitaria en la cual vivía ahora tuve que estar preparada por si él ya estaba ahí, lo amaba tanto, pero él nunca había demostrado nada hacía eso.
Después de que registrara el pequeño horario que hice cuando espié a Matthew me queda poco tiempo para que llegue es apenas la media noche y yo aun sigo despierta aun cuando mañana debo de ir aun por algunas cosas a la universidad.
Me pongo una bata que mis horrorosas amigas compraron para usar siempre que esté en poca ropa sintiéndome rara por lo diminuta que es y lo sutil que es al contacto de mi piel.
Recuerdo sus palabras e inmediatamente me sonrojo por el plan descabellado de mis amigas.
“— Ya no eres virgen por lo que será más fácil —. Rápidamente mis mejillas se pusieron rojizas,— Solo debes de dejar que la ropa te haga notar ante él.— Lizeth la calle aún desaprobando la idea y rápidamente chasquea sus dedos la vemos desaparecer rápidamente, y al mismo tiempo verla llegar corriendo hacia nosotras con una bata colgando de sus manos.
— No estoy de acuerdo con la idea de esta babosa pero si es lo que quieres debo de aportar.—
Me deja la bata en mis brazos y me avientan al vestidor rápidamente.”
Mis recuerdos solo provocan que mis mejillas se tornan rojizas pensando en lo que tienen en mente pero no niego que yo alguna vez fantasee en eso, me miró fijamente en el espejo tratando de estirar lo máximo posible para que al menos me lleguen a tapar la mitad de los muslos.
Decido bajar por un zumo de naranja al sentir mi garganta seca por mi nerviosismo, mis manos tiemblan cuando mi mente comienza a vagar y soñar despierta con que él atraviese la puerta en este momento.
Los minutos pasan y me siento rara al estar aún con el vaso ya vacío en mis manos mientras mi nerviosismo aún se disipa, puede que hice mal mi horario y estaría como inútil aquí o puede que este pasándola genial con alguna de las chicas que vi que a veces salían de su oficina central algo fuera de lo común a comparación de las trabajadoras del lugar.
Mis pies se mueven por sí solos y llegó hasta el inicio de las escaleras quedando al frente de la puerta, me siento en los primeros escalones dejando que mi cuerpo se enfríe al sentir lo helado del mármol, dejo reposar mi cabeza en la barandilla blanca que asegura la escalera mientras espero su llegada. Checo de nuevo mi reloj notando que son las cuatro de la mañana llenando mi cuerpo de mi mala autoestima.
Soy una estupida.
— Él en realidad no vendrá a casa...—.
Las palabras salen de mí antes de que mis ojos se cierren cayendo profundamente en un sueño.
¿Cómo pudo pasar esto?; mis investigaciones nunca fallan y esta vez el horario que arme fallo, me siento decepcionada más que eso inútil.
Mi plan falló, se fue en picada, el primer día en que lo puse a prueba, ¿podré otro día lograr mi objetivo?, y más por el inalcanzable sueño que tengo por lo que solo cierro mis ojos en algún momento de la noche.
Mis manos viajan a mi rostro para tallarlo lentamente mientras mis ojos se abren lentamente adquiriendo la resaltante luz que el solo llega a transmitir, cuando al fin mi mente está despierta detalló el lugar en el que me encuentro, nunca he estado aquí ¿dónde estoy?, mis manos bajan a la presión que siento en mi cintura sintiendo algo envolverla mi vista se dirige a mis manos que están posadas encima de la piel bronceada de Matthew y una sonrisa se instala al notar que duermo con él, paso mi mano por su brazo detallando sus músculos mientras un cosquilleo se deja instalar en mi cuerpo por su toque, noto que mi bata no está en mi y dejo que mi vista viaje a las dimensiones del cuarto para encontrandola, notando en uno de los sillones individuales que se encuentra en la esquina de la habitación perfectamente doblada.
Mis pensamientos son detenidos al sentir la respiración de el en mi hombro de reojo mis ojos lo miran notando que el ya despertó y mi corazón da un fallo enorme al momento que su mano empiezan a acariciar mi abdomen que está descubierto por el conjunto que ahora no creo debí de comprar o mas bien no creo que fue buena idea el que me convencieron.
— ¿Cuál es el motivo de este atuendo? —. Sus palabras se adentran en mi cerebro haciendo click pero las palabras se quedan en la punta de mi lengua cuando lo encaró notando que estamos más cerca que en todos los años en que lo hostigaba. — ¿Hay algún motivo especial por el cual uses esta ropa? —. Trago duro mientras detallo su rostro, mis labios se abren automáticamente aunque mis palabras no salgan y solo aclaro mi garganta para por fin dejar salir las pocas palabras que se quedan estancadas dentro de mí por su profunda mirada puesta en mi.
— Solo...cambie de guardarropa...solo eso —.
Su ceja se eleva dejándome ver aún una imagen más perfecta de él, mientras de alguna forma me examina con su mirada penetrante.
— Es solo eso o ¿hay... algo más aparte de cambiar de guardarropa? —. Niego quedándome sin palabras y vuelve a hablar.— No te quedes dormida de nuevo en las escaleras puedes enfermarte si estas vestida así... —.
Mi corazón se acelera al notar que mi plan no fue un fallo total al darme cuenta que enserio se fijó en mi vestimenta, escondo mi sonrisa y sigo mirando sus ojos mientras que los de él no apartan su oscura vista de mi. Se levanta por el momento dejándome ver por primera vez su torso desnudo y mi mente viaja hasta qué tose falsamente dándome cuenta ahí que el vio como lo miraba sin descaro mis mejillas arden indicando mi sonrojo evidente y por un segundo vi un tipo de sonrisa en su rostro que desaparece tan rápido a cómo se instaló en su rostro.
Se da la vuelta y bajo mi rostro mientras me doy un golpe mental por mi actitud tan notoria, aunque por los años en que lo hostigue debe de saber que estoy demasiado enamorada de él tanto así que tengo sueños húmedos con él. Demasiada información es cómo me dicen las chicas.
— No me esperes por las noches, mis horarios no son fijos, y no salgas vestida con ropa que deje poco a la imaginación —.
Asiento aún sonrojada tanto por mis pensamientos como por sus palabras.
— Solo me visto así para ti... —.
Tapó mi boca y siento su mirada sobre mí, cierro mis ojos para pensar que lo que dije no lo escucho aunque sea obvio que lo escucho más que bien.
Me cubro con las sábanas escondiéndome en estas y por un segundo escucho su risa la cual solo una vez escuche en mi vida al momento de caerme en lodo mientras lo perseguía, fue una de las pocas veces que pude admirar sus ojos y fue la única vez que escuche su leve risa mientras me ayudaba a caminar, debo de admitir que en ese entonces no fue buena idea subirme a un árbol.
Escucho el sonido de una puerta cerrarse y el aire que hasta hace unos segundos me di cuenta que contenía sale de mi organismo de manera rápida, sonrío y salgo fuera de mi escondite, admiro el lugar por un momento aun con mi sonrisa de idiota enamorada y agarro mi bata cuando la agua que se escuchaba caer en la regadera cesa, salgo de la habitación rápidamente pensando en la vergüenza que me hago pasar yo misma.
Llego al comedor notando ya los platos puestos, paso hacia la cocina mirando a Ágata y le sonrió mientras me mira algo extrañada por mi vestimenta.
— Con que te dejaste influenciar por Lizeth y Maria —.
Dejó salir una sonora carcajada al igual que Ágata la cual sabe demasiado de ellas por las insistentes veces en que la llamaron ayer en la tarde.
— Solo es algo nuevo que tenía que probar tengo 21 años y aún seguía sumida en libros sin dejar al menos probar algo de la actualidad aunque también opino que en verdad se pasaron un poco con las prendas —.
— Espero que funcione aposté dinero por ustedes, no estás ¿decepcionada? o ¿sí? —. Niego lentamente porque en verdad no lo estoy. — Bueno ve a sentarte que ya llevo el desayuno —.
Asiento y salgo con la jarra de jugo de naranja en manos la cual agarró firmemente al verlo sentado en la silla principal del lugar mientras me sigue con su mirada fría, dejó la jarra en su lugar y me sirvo un poco de zumo al sentir mi garganta seca de los nervios.
— ¿Hoy irás a la universidad? —. Lo miro por un instante mientras tragó saliva, mi vista se concentra en Ágata la cual entra con un carrito donde llevaba la comida para luego regresar mi vista a él.— Tu silencio me colma la paciencia —. Me vuelve a mirar y asiento mientras bajo mi vista nerviosa.
— Tengo que ir por unas cosas, no tardaré mucho...—.
— Yo te llevaré, desayuna y alístate después —.
Ágata posa la vista en mí antes de salir asiento ante Matthew sintiéndome extraña por esa propuesta de él fuera de lo usual.