—Hablamos después —dijo Gabriel. Alejandra le mostró una sonrisa y después el muchacho se marchó. Tomás no entendía lo que estaba pasando, le sorprendía el que Alejandra se comportara de esa manera. —¿Por qué no llegaste? —preguntó Tomás. —Claro que llegué- —dijo Alejandra, pero Tomás la interrumpió. —¿Quién es él? ¿Por qué estaba contigo? —¿Estás celoso? —inquirió la joven confundida— Tomás nosotros no somos nada para que me reclames sobre lo que hago o dejo de hacer. Te quedé esperando por dos horas y no llegaste, pero contigo las cosas siempre son así. —Yo te estaba llamando, pero apagaste el celular —reprochó Tomás. —¡De todos modos llegaste tarde! ¡No sé por qué sigo haciendo todo lo que me dices que haga si nosotros no somos nada! —Alejandra soltó el llanto— pero contigo