Pov Aidán Fiorella me ve horrorizada como si estuviera diciendo una locura, pero no estoy bromeando, ya escucho a mi padre, me dijo que termináramos, ya tengo permiso, no me la voy a coger, pero al menos debo terminar lo que inicie. Yo no voy a terminar con dolor en las pelotas, eso no va a pasar y no la voy a dejar sin terminar, eso tampoco va a pasar. — No creas que vamos a seguir, tu papá nos escuchó. No, tu papá me escuchó a mí, tú no hacías sonidos de nada— estaba ocupado, mi boca estaba muy ocupada, no puedo hacer sonidos así— no podemos, no debemos seguir que vergüenza, ¿cómo voy a ver a tu papá a la cara después de esto? — Él ha escuchado eso, miles de veces, lo que debe estar es caliente de escucharte, que rico que haces muñeca— le digo acercándome a ella, quitándole la almoha