Pov Aidán Vamos en el auto al aeropuerto y el niño, mi hijo va conmigo sentado en mis piernas, contándome que le gusta dibujar y pintar. A mí a su edad eso me gustaba, la sangre es fuerte, muy fuerte. Que le gustan los gatos y ahí yo arrugo la cara, no es que no me gusten, es que no he sido de mascotas. Pero por él haría el sacrificio necesario, contal de verlo feliz. Tengo mucho tiempo por recuperar y no sé cómo voy a hacer para arreglar el pequeño inconveniente de esa mujer que va conduciendo y que no quiero cerca de mí, pero al niño sí. Como logro tenerlo cerca y alejarla a ella, esto es una mierda. Después de unos minutos él se queda dormido en mi pecho. El miedo por qué a él le pase lo mismo que a mí me jode, a mí se me detono a los 4 años y no logro olvidar eso, fue horrible, tenía