Una Geisha Contemporanea Para el Ceo

Conociendo a los padres de mi novia.

Ya pasó un mes, desde que le presente mi prometida a mi padres y que conocí los padres de mi geisha por teléfono, su padre estaba furioso porque piensa que le he robado a su única hija, Meilin renuncio a su trabajo como geisha y pasará a trabajar como apoyo en el equipo del departamento de diseño de campaña. He tenido mucho trabajo en la empresa, que casi no he tenido citas con mi geisha solo hablamos mucho por teléfono y con la universidad ni se diga, nosotros llegamos a sacar buenas notas con el baile en pareja, pero no tan perfecta como cuando nosotros dos bailamos, odie a muerte que el americano ese tomara a mi geisha por la cintura, sino fuera un proyecto lo hubiese molido a puñetazos.

Apenas son las 7 de la mañana, y debo salir de mi cama, me dirijo a puros tropezones al baño, para encontrarme con una erección entre mi ropa interior, después que deje de ser virgen, mi pene a estado más activo por mis pensamientos, cada vez que imagino a Meilin y su dulce cuerpo, me excito en gran manera, mi cuerpo es como un campo de guerra activo.

Trato de pensar en ovejas pero es inútil, así que opto por orinar en la ducha ya que no quiero hacer un reguero y cargar con la vergüenza de que la señora de la limpieza tenga que enfrentarse a mi desorden fuera del inodoro. Orino y con la llave de la ducha riego agua para diluir los orines. Aprovecho para acariciar mi erecto pene, y masturbarme ahí mismo, pensando en mi geisha, la mujer que me quito la virginidad, cada vez que pienso en su agujero húmedo, siento que me derrito. Envuelvo mi virilidad y luego de varios minutos, termino ensuciando la pared de la ducha.

Tomo un baño caliente, para terminar de despertar, ya tengo la ropa en un perchero colgando de mi armario, visto de azul oscuro con un traje a juego, camisa blanca y mis zapatos bien lustrados. Ya listo agarro mi maletín y abro la gaveta donde están todas las llaves de todos mis bebés, hoy no me apetece viajar en el Peugeot, así que opto por mi Rolls-Royce Boat Tail, un descapotable de ensueño que mide 5,8 metros e incluye neveras y cristalería.

El modelo, cuyo nombre se podría traducir como cola de barco, se ha desarrollado sobre la base del Phantom, con el que comparte plataforma de aluminio y el mismo motor (6.75 V12 de 563 CV, cuyas prestaciones se desconocen), pero el exterior es totalmente distinto. Se ha fabricado a medida y recoge más de 1.800 modificaciones.

El nuevo descapotable de cuatro plazas es un vehículo de enormes dimensiones, con una longitud de 5,8 metros, largo capó, frontal imponente y minimalista, vistosas llantas y un conjunto elegante y estilizado. Todos los paneles de la carrocería son de aluminio y hechos a mano. No dispone de un techo al uso, ni plegable ni duro, sino de una capota fija pensada para proteger de la lluvia a los ocupantes. No obstante, no ha sido concebida para usarla con el coche en movimiento. Y no era para menos ya que tiene un costo de 23 millones de euros, pues solo se fabricaron tres de ellos.

Tomo la llave de mi Rolls-Royce de la gaveta donde tengo todas mis llaves de todos mis vehículos y me dirijo a la cochera, enciendo el auto y me dirijo a casa de mi prometida, pues hoy la llevaré a la empresa.

Luego de conducir por 25 minutos llego al edificio donde vive mi novia, me encontré a sus tíos, imagino que iban saliendo a sus cadenas de tiendas de conveniencia. Ya había hablado con ellos, y les pedí formalmente la mano de Meilin pero me dejaron entender que sus padres son los que tienen la última palabra.

—Buenos días tío y tía.

—Buenos días Kai—saluda Ming.

—Hola Kai buenos dias—me dice tía Tao

—Vine por Meilin, hoy será su integración en Oxygen como parte del equipo de diseño de campaña.

Ellos solo asintieron con la cabeza, ellos no están muy a favor de mi relación con Meilin, aunque no están muy encontra sino, no me dejaran siquiera pararme en la entrada del edificio, imagino que entienden que Meilin ya es una adulta, aunque solo tenga 18 años. Lo que me ayuda bastante es su sangre dominicana ella no es alguien que se deja intimidar.

Yo subí por el pequeño ascensor, iba a pulsal el botón cuando alguien me pide que lo detenga,

—¡Espera por favor, no dejes que suba!—me grita una chica de pelo azul—Buenos días y gracias—me dice mientras se acomoda la blusa desaliñada.

—No es nada. ¿A que piso vas?—le pregunto por cortesía.

—Al piso tres, tu...¿eres nuevo por aquí?—me pregunta mirándome de arriba a bajo—nunca te había visto.

—No vivo aquí, solo vengo por mi prometida.

—Ahh ya veo...que lástima.

No entendí lo que susurró, pero igual no me interesa. Dejo que ella salga primero y me dirijo al departamento número 10. Tocó el timbre y a los pocos minutos, Meilin abre la puerta.

—Hola amor—me da un beso.

—¿Aun no estás lista?—le digo mientras la abrazo, realmente la extrañe.

—Solo me falta ponerme los zapatos, dame un momento.

Cuando ya estaba lista toma su bolso, y nos dirigimos a la puerta, cuando ya estábamos en el recibidor de la entrada, me pasa por mi brillante cabeza aprovecharme de aquella privacidad que teníamos en ese momento, ya que no hay gente en su casa no me hago esperar para disfrutarla un poquito más, ya que en la empresa no podré estar de mi cuenta.

—¿Sólo me vas a dar un besito así de seco?—le reclamo— Estaré todo un día a tu lado y ni siquiera podré tomarte de la cintura.

—Ummm ¿mi Moi amaneció sensible?—me añoña.

Meilin rodea mi cuello, acercando sus labios a los míos absorbe mi humedad, trazando un camino en mi boca, me encanta su sabor a menta, de su pasta dental, lo que hace que el bulto en mis pantalones crezca.

—Dios... ya quiero que estemos casados...no aguanto más, necesito hacerte mia todas las mañanas, verte a diario—le digo mientras agarro su culo redondeado.

—Debemos esperar la bendición de mis papás, ultimamente no me toman el teléfono y tengo dos días que no me he podido comunicar con ellos—me dice mientras besa mi cuello.

Ambos nos estábamos calentando, tanto así que la llevo encontra de la pared y le alzó una pierna para acomodarme y que mi pene roce su jardín, por encima de la ropa.

—Me creerías si te digo ¿que me masturbe pensando en ti, temprano en la mañana cuando desperté? y mira como me tienes, quiero estar dentro de ti y sentir tu calor.

—¡No sigas diciendo esas cosas!, vas a hacer que moje mis bragas y tendré que cambiarlas.—me hace un puchero tan tierno, que me saca una sonrisa.

—¡Dios quiero comerte como hace un mes en mi habitación en casa de mis padres!...recuerdas ¿cierto?estabas tan mojadita ahí abajo ese día, que estaba apunto de meterte la. Realmente te me salvaste ese día, sino fuera porque esperaban por nosotros.

A Meilin parece que le encantaban mis palabras, porque llevo mi mano por debajo de su camisa de algodón color verde turquesa, para agarrarle un seno, mi pulgar podía rosar uno de sus pequeños pezones, realmente tenía ganas de desnudarla ahí mismo y hacerle el amor, cuando de pronto escucho la puerta abrirse. Alzó la vista y veo entrar un señor y una señora, con maletas, personas que reconozco con solo haberlos visto una vez y por teléfono.

—¡Pero Meilin de por Dios!