Amando al heredero

1344 Words
—Te amo mi Geisha—vuelve a repetir Kai—Estoy tan feliz de conocerte. Yo veo como Kai se desnuda frente a mi, su piel tan blanca y suave como porcelana, me hace excitar aún más. El toma su m*****o entre su mano, que se ve totalmente erecto, sus venas sobresalen tanto que se podían contar, Kai lo pone en mi entrada, mientras se deleita de nuevo con mis labios, él lo desliza de abajo hacia arriba, en mi entrada haciendo que me impaciente de nuevo, parece que Kai está tratando de que mi lubricación humedezca su punta, yo aún permanecía sentada sobre el piano, blanco. Cuando sin avisarme se desliza de golpe dentro de mí, dejándome privada de aire, él introdujo su carne erecta hasta su tronco. —¡Ay...Dios!— grité en seco a todo pulmón, por su tamaño colosal, me sentía completamente llena—¡Espera, no te atrevas a moverte!—le dije de inmediato, muy seria. El se mantuvo quieto, al sentir mis uñas en su espalda en forma de postalita, ahora solo estoy asustada, no me duele pero el sentir aquello me hacía sentir, un poco incomoda. Kai quiso distraerme besando mis labios, yo quiero también. distraerme, aquello me asusta un poco ahora. Pero ya no puedo dar vuelta atrás. Kai da un leve movimiento de caderas de atrás hacia adelante, haciendo que entrelazara mis brazos en su cuello. El no dejaba de besarme. —¿Ya te sientes más cómoda recibiendo mi bendición?—se burla él al verme con los ojos aguados. —No es que me duela, es que se siente extraño—le susurro —Bien, ¿prefieres que vallamos a la cama?Estaremos más cómodos. —Esta bien —le digo. Yo pensaba que iba a salir de adentro de mi, para ir al cuarto, pero Kai solo me ha agarrado del culo elevando mi cuerpo en el aire. —¡Coño...espera amor, primero bajame!—le grito. —No quiero...aquí adentro está muy calientito, afuera hace mucho frío jejeje—me dice el muy descarado. Kai se sentó en la cama dejándome en su regazo, abierta de piernas, mis rodillas descansaban en la gran cama, él me mira a los ojos, yo me siento tímida, con su mirada tan penetrante. —Ya eres mi mujer—me dice esbozando una sonrisa. —Si... y tú mi hombre—respondo —¿Puedes moverte?¿Quieres montarme?...tu bebiste mucha champaña, por eso estás bastante relajada.—dice con voz dulce. —Si bebi un poco, pero prefiero que hoy seas tú el que lidere. —Bien, te recostaré entonces—me dice tomándome del trasero levantándome nuevamente, posa una rodilla en la cama, yo seguía aferrada a su cuello, él con una mano se sostuvo de la cama, bajando me suavemente sin sacar su pene de mi interior. Pareciera que el estaba muy cerca de venirse, porque sus movimientos eran muy suaves, haciéndome querer más. —¡Dios que rico se siente esto amor! valió la pena esperar, y que el destino me pusiera en tu camino—me dice con un tipo de ronroneo. —Si...se siente muy bien. Puedes moverte más si quieres. Yo me siento muy bien.—le aseguro por si tienes alguna duda interna. Kai comienza a besarme nuevamente, esos besos estaban tan tibios, su saliva sabe a champaña, de un momento a otro él empieza a moverse con más fuerzas dentro de mi, el agarra un seno y lo pone en su boca chupando mi pezón, encendiendo mi deseo, mucho más. —¡Si... así!—le susurro Kai respiraba entrecortado, yo puedo sentir los latidos de su corazón a mil por hora, el acelera más rápido su embestida, metiéndome sin compasión su amiguito, el sonido obsceno de nuestros cuerpos me excitaban a un más, cuando ya estaba cerca de venirme, siento como algo se ha roto dentro de mi V@gina, tomándome por sorpresa, el pene de Kai automáticamente entro más profundo dentro de mí, haciéndome chichar. —¡Ahhh¡— grité en automático. Yo miro a Kai y además de placer veo como entrecruzan las cejas, parece como si sintiera dolor al penetrarme. Yo no pude volver a verlo, cierro mis ojos por aquella sensación tan fuerte, que llega a mi y que me recorre el cuerpo, —¡Amor me vengo!—le grito de emoción. Cuando Kai me escucha decir aquellas palabras, su cuerpo se vuelve más salvaje, me agarra las caderas, y arremete con mayor fuerza contra mi v@gina, ya desflorada. —¡Si mi geisha, dámela toda!¡Eres mía, solo mía!—me dice con vos ahora más gruesa, mientras se emociona—Agh...Dios...si. Kai se vino dentro de mi, en abundancia, yo me preocupe un poco...¿Y si salgo embarazada? Kai se desplomó sobre mi como un saco de papas, casi sin poder respirar, la cara que puso segundos atrás quedará grabada en mi mente, se veía tan sensual, él se mordió el labio inferior, y gimió cuando se entregaba a mi. Aquello era hacer el amor, me sentía tan plena y satisfecha. Pero Kai seguía tan duro como un bate. —Voy a buscar algo con que limpiarte, o ¿prefieres que nos lavemos en el baño?—pregunta el cuando recobra el aliento. —Prefiero tomar un baño, me arde un poco ahí abajo.—le confieso —Si... a mi también me arde el prepucio, creo que me desvirgue—me dice avergonzado— Voy a levantarme. Cuando Kai salió de adentro de mi, le arde bastante el pene todo por la fricción, de los movimientos durante el sexo. —¿Sangre mucho?—le pregunto sin querer mirar mi vulva, al ver que él tiene un poco de sangre en su pene, mezclado con el semen. —Solo un poquito, ¿te dolió mucho?—me mira con cara de preocupación. —Solo un poco, eso sería lo normal, sentí como cuando me abrieron las orejas a los 15 años jjjj , ese sonido de chrunc. —¿Quieres tomar champaña para que te relajes más?—me pregunta Kai —Si sería lo mejor. Kai trata de taparse la evidente erección con la toalla, va hasta la sala y busca otra campaña del minibar, trae solo una copa con el. Yo ya me había metido en la ducha, de los nervios, en cuanto Kai salió de la habitación, de un pronto quite la corcha manchada y dejé la sábana de abajo, esa no llegó a ensuciarse, puse en un lado en el piso, lo sucio, y corri hacia el baño a echarme agua, el agua tibia se sentía muy rica en mi cuerpo masacrado por el placer. —Toma mi geisha—me pasa la copa con champagne, yo me doy un trago y le devuelvo la copa. —¿Quieres que me meta contigo? me dice sentado en la tapa del inodoro. —Si tú quieres, el agua está bien rica. —Bien—Kai pone la champagne y la copa en la mesa del lavabo y se mete a la ducha conmigo. Le pase el jabón y se estrujó por todos lados, yo lo ayude con su espalda. Su erección había bajado, pero en cuanto el se metió en la ducha a los minutos volvió a ponerse duro. —Umm está rica el agua,¿verdad?—le pregunto. —Si...pero tú estás más rica—bromea. Te amo.—me besa. — También te amo. Ambos salimos de la ducha renovados, Kai se sienta desnudo en un pequeño sofá, a revisar su teléfono, yo me siento en el borde de la cama, y subo mis pies sobre sus piernas, la lampara a su lado con una luz suave resaltaba su piel de porcelana. Kai ve como me lo estoy comiendo con la mirada, y sonríe. —Me da la impresión de que no tienes sueño, más bien tienes cara de devorarme, de nuevo... ¿ahora sí me quieres montar?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD