Luego, tuvo la íntima convicción de que el Duque sabía ahora lo que ella sentía y de que no haría ninguna referencia a su talento delante de su administrador y, menos aún, de sus invitados. Se dijo que aún tenía que hacer muchas cosas esa mañana. El dobladillo de uno de los vestidos de su madrastra se había descosido y uno de los modelos más costosos y elaborados de Lucille tenía una mancha en el frente. Se necesitaba quitarla con gran cuidado para no afectar el color de la tela, y ello le tomó a Teresa más tiempo aún de lo que le tomó coser el dobladillo. Lady Rothley amaneció somnolienta y malhumorada. Cuando se sentía así, tendía a mostrarse petulante. Siempre había sido una persona indolente, cuya única actividad física consistía en bailar o caminar tranquilamente por el césped, y