Los Hermanos Vongola

Cita

Después de que Reborn lo invitará a una cita enfrente de todos, pasaron la tarde bastante agradable, ya no se sentía aquella tensión entre Tsuna y Giotto pero tampoco podían decir que se sentía un amor de hermanos, del parte del rubio si pero del castaño no.

Haru se la pasó a lado de su hermano como niño pequeño, no se separaba de él.

Al día siguiente cuando Tsuna despertó encontró el otro lado de la cama frío por lo que Reborn se había levantado mucho antes que él.

Tsuna se dio una larga y relajante ducha para después vestirse con una playera blanca, arriba se está un saco café claro junto a unos tejano de mezclilla y zapatos cafés.

Tsuna se vio al espejo, suspiro para después sonreír.

Al salir se dirigió al comedor donde ya se encontraban todos, Reborn fue el primero en acercarse.

- Buenos días amor, te ves muy lindo - le saludo el azabache depositando un beso en los suaves labios del menor

- Buenos días Reborn - le saludó Tsuna volteando su rostro para tratar de ocultar su sonrojo

Todos estaban sorprendidos por esa escena, no todos los días pasa que el asesino más sádico se muestra tierno y cursi, además de que era una de las pocas veces que habían visto al castaño sonrojarse.

Tsuna se sentó en su lugar, ya no se encontraba sonrojado pero aún así no podía creer que Reborn lo hubiera besado frente a todos.

- Tsu-nii ahora te puedo molestar juju - le dijo Haru

- No te conviene hermanito - le sonrió Tsuna provocando que al menor le recorrerá un escalofrío por toda la espalda

- Mejor no provoque al omnívoro - le dijo Kyoya acariciando El cabello de su pequeño

- Hazle caso a Kyoya - le dijo el castaño

Giotto los veía feliz, al fin se sentía en paz y amaba ver a sus hermanitos convivir, Alaude a su lado sonreía ligeramente, sabía que después su pareja iba a estar llorando porque Tsunayoshi no lo trata con el amor que él esperaba.

Al terminar de desayunar Reborn guía Tsuna hasta su auto, llegaron a la plaza principal donde el mayor lo invitó a dar un paseo por la misma.

En ese momento había un festival por lo que el castaño estaba fascinado por todos los colores y bailarines. A pesar de que lleva viviendo en Italia la mayor parte de su vida casi no salía en festivales.

Reborn amaba el brillo en los ojos de su castaño, se veía hermoso y tan feliz.

En la tarde lo llevó a un famoso restaurante donde el ambos estaban encantados con la comida.

- Está delicioso - comentó el menor

- Es de los mejores restaurantes en toda Italia, quería venir contigo

El castaño se sonrojo levemente.

- Me ha encantado todo, gracias por esta cita Reborn - le agradeció el castaño sonriéndole provocando un sonrojo en el mayor