Cambiamos el tema de conversación, era un hombre muy agradable, de mundo y muy curtido, pero por lo que veía, no sabía ser feliz del todo, estaba acostumbrado a que las cosas se hicieran cómo él quería, no sabía fluir con la vida.
Me reí con ironía, Evan era el polo opuesto a Arath, y los dos estaban cortejándome y gracias a Dios, ninguno tenía un solo ápice de ser como Anuar.
En algún punto de la comida Arath tomó mi mano y se la llevo a la boca para besarla, solo porque sí; intentaba sacarle alguna risa, pero solo obtenía algunos sonidos, se contenía de expresar sus sentimientos, no sabía si era algo de él o por desconfianza hacía mí.
Teníamos algunas cosas en común, a él también le gustaba el metal y algo de rock en inglés, desde luego no desaprovecho la oportunidad para invitarme
