—¿Entonces? —increpó Ari después de un rato en el que no contesté. Tenía ganas de responder, pero prefería que ella lo viera con sus propios ojos, sabría que se le caería la mandíbula cuando Arath se apareciera frente a ella. Solo atiné a sonreír como estúpida— Ay ya, dinos, ¿Quién hace que esa carita tuya se ilumine de esa manera?
—No te diré, te lo mostraré. —le guiñe un ojo y me respondió con una de sus típicas muecas, que en otro momento hubiera tomado cómo parte de su personalidad pero ahora, era capaz de ver que todo esto le causaba mucha envidia.
Erick cambió el tema, debo aceptar que fue muy astuto, supo leerme muy bien y también a Ari, nos distrajo totalmente para evitar algún confrontamiento innecesario. Me daba cuenta que esto sería aún más difícil de lo que pensaba, pretende
