Hablábamos entre susurros, el sueño se nos había espantado por completo y es que, por lo menos yo, seguía queriendo que me recorriera una y otra vez, quería volver a sentirme tan plena como hasta hace unos momentos. Le miraba y podía sentir mis bragas mojarse de nuevo, tenía que controlar mucho la excitación que sentía en ese momento, por que solo yo sé cómo me encontraba, pese a que las caderas me dolían un poco por las feroces embestidas, quería más.
Nos limitábamos mucho en el tema de conversación, en realidad, pretendíamos haber llegado ahí por casualidad, él por una pesadilla nocturna y yo solamente porque necesitaba agua. Era absurdo, lo sé, sin embargo era divertido.
—¿Entonces…? ¿De qué va esa pesadilla tuya? —pregunté con una mirada radiante.
—Soñé que había zombis y que lle
