Capítulo 19: Es mejor que nada

1251 Words
Iris No puedo negar que es bueno en lo que hace, no le tomó ni cinco minutos hacerme venir divinamente. Pero es hora de que cumpla con su palabra. —¿Y? —vuelvo a insistirle. —Tranquila preciosa, todo a su tiempo… —sus largas pausas me están impacientando— Déjame presentarte a la persona que tienes delante primero. Mi nombre es Tadeo, encantado de conocerte. —al terminar toma mi mano y le da un beso sutil. ¿En serio? Después de lamerme hasta el alma, ¿recién cree qué es prudente presentarse? Además, nunca me importó saber algo de él. —Detén toda tu payasada por favor —le digo extendiendo mi brazo frente a él, marcando un límite; a lo que él me queda mirando como si quisiera matarme. “Lo siento ‘Cariño’, pero me interesa muy poco todo de tí”; o al menos no en este momento. —Su nombre es Eloy, hijo único de los Adams. —continúa finalmente. A medida que va hablando, puedo ver como una de las venas de su cuello se va inflando con rabia. —Él es el último y único niño nacido, hasta ahora en esta nueva generación, que mantiene línea directa con el primer clan de vampiros que arribó a nuestras costas. Actualmente su familia es dueña de un pequeño campo en las afueras de la ciudad. Sus padres fueron excelentes médicos por casi trescientos años, y se retiraron para pasar su último centenario como una familia típica, y se volvieron productores. Hoy en día son unos proveedores importantes de materia prima dentro de la isla. Solo después de instalarse concibieron a su bebé, por lo tanto apenas tiene veintiún añitos, así que no te preocupes, no lo hiciste con un vejestorio. ¡Ja! Imbécil, lo último no debía aclararlo así… Pero fuera de eso, ahora sé mucho más de lo que sabía hace un rato. Tengo que admitir que abrirme de piernas un poco, valió realmente la pena; información y placer, por dónde lo mire la ganadora soy yo. —¿Entonces?¿Eso es todo? —lo cuestiono como si no valieran esos minutos que le dí. Sé que puede llegar a sonar pesado, no sé el por qué, pero me encanta molestarlo de esta manera. —Estoy seguro de que es más de lo que sabías esta mañana bonita. —luego de estampar un beso en una de mis comisuras continúa— Tranquila, aún se más… —se acerca a mi oído— Pero mi pene se quedó triste y me distrae, no puedo pensar en nada así. —juega al inocente mientras se desabrocha el jeans— Quizá un pequeño masaje me ayude a recordar. Puerco, ponzoña... ¡¿Caballeroso?! ¡No sé cómo lo habré pensado! ¡Esto me pasa por provocarlo! ¡Por supuesto que se las iba a cobrar! Es como si me olvidara con que clase de persona estoy hablando; como si me olvidara del hecho de que tiene la capacidad de hacerme añicos con un mínimo de esfuerzo. Sin disimular mi desagrado, me acerco a él y comienzo a masturbarlo; una mancha más al tigre, qué más da. —Comienza a hablar. —meto toda mi mano bajo su m*****o— ¡Y te conviene que lo valga! —rozo mis uñas por sus testículos y luego lo sostengo todo completo, aplicando diferentes niveles de fuerza a medida que voy hablando— No olvides que estoy muy cerca de tus futuros hijos, y por muy veloz que seas, no podrás alejarte lo suficientemente rápido como para que no los lastime. —susurro a su oído. —Tranquila cariño... —me dice sonriendo. Pese a que no era mi intención se sintió desafiado, pero lejos de ofenderse, parece que le encantó despertar este lado de mí; y estoy segura de que me las va a cobrar. —Puede que no lo hayas notado, pero tú fuiste su primera vez. —dice con una sonrisa maliciosa en su rostro. —¡¿Qué?! —pregunto casi gritando, mi cerebro no quiere terminar de deducir nada. —se acerca a mi oreja como si fuera a contarme algún secreto— Era virgen… —y luego me da otro lengüetazo. Dicho y hecho, se vengó sutilmente; sus palabras me dejan tan anonadada, que ni me molesto en limpiar los restos de saliva que me dejó. No sé qué tipo de expresión tendré en mi rostro, pero supongo que es la que él esperaba, lo digo porque está nuevamente prendido y disfrutando de su efecto; mientras aún no puedo caer en mí, se aprovecha para besar todo mi cuello, y manosear mi trasero una vez más. Me cayeron como agua helada sus palabras... ¿Y si son correctas sus sospechas?¿Qué fue lo qué hiciste Iris? ¡Un momento! ¡¿Por qué sería mi culpa?! ¡No hice nada malo! En ningún momento lo obligué a hacer nada de nada... Pero aún siendo así, ¿por qué me siento tan culpable? Todo el jugueteo que hizo Tadeo, provocó que volviera a acabar. Su pegajoso y caliente semen se disparó con gran fuerza sobre mi mano, haciendo que saliera de mi trance. —¡Eres un puerco! —le grito levantando mi brazo a la altura de sus ojos, para que vea el hilo de sus líquidos cayendo lentamente de ella. —Lo siento linda… Como si estuviera más asqueado que apenado, me acerca una caja de pañuelos descartables que estaba en el escritorio de al lado. —A cambio de que me perdones, te puedo adelantar que no lo verás en un buen tiempo. —me deja en shock nuevamente. —¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?... —pregunto al volver en mí, dejando caer los pañuelos sucios sobre el suelo— ¿Qué quieres decir con eso? —Te dije cariño, era virgen… —se toma una pausa para acomodarse en la silla giratoria del escritorio principal, y luego continúa— Es un vampirito sin experiencia, y haberte mordido lo asustó por mucho. Como todo es nuevo para él, seguramente no sabe qué hacer a continuación, y obviamente no tendrá el coraje para hablar de intimidad con sus padres. —arrastra la silla hasta donde cayeron los pañuelos y los levanta— Por lo tanto no lo verás en un buen tiempo… —se pone de pie y luego de dejarlos en el basurero se acerca a mi. — Y cuando lo veas no tendrá el valor de enfrentarse a ti. No importa lo superado que crea que es, va a ser difícil que lo “que tuvieron” se repita. —termina de decir a mi oído. Me da un beso profundo, y aún con un hilo de saliva colgando de nuestros labios, me dice que puedo contar con él “cuando el otro me deje con las ganas”. Así sin más, luego de arrojar semejante confesión, se va y me deja sola, con muchas más preguntas que respuestas. ¿Y ahora? ¡¿Qué se supone que haga?! Será mejor que trate de superarlo cuanto antes, y que continúe con mi vida. La complicada relación que tengo con mi disque "familia", ya es bastante difícil de soportar como para agregar a un tercero. Eloy, Eloy... Si es cierto que no aparecerás en un tiempo, es mejor que no lo hagas hasta que te pueda superar, o no sé de lo que seré capaz.
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