Me quedo allí parada con mis recuerdos gratos, llame a Juddy que venga, demoro un poco, pero llego en mi auto, salió y pregunto. —¿Y qué tal?, ¿Lo hicieron?, eso de las cuerdas —la miré pícara y asentí con la cabeza y ella —Guauuu, con ese papasote es bello, es grandote ¿no te pesa?—le dije claro que pesa me dio unos aplastones y ella se ruborizó y me reí —Jajajaja, si nos hubieras visto, te morías de ganas, Adam lo sabe hacer delicioso —Eres mala Dianne me haces tener ganas y no tengo con quién hacerlo —¿Y el medio feo? —me observo con mala cara—con ese ni loca Me reí con ganas, pero me acordé de que tenía que ir a casa a cenar, a chatear con Adam para disimular y revisar los datos que me consiguió el hermano de Juddy y ver cómo la desaparezco de la vida de Adam a esa amante, la pri