— ¿Y ahora qué haremos? — quiso saber Ely. — ¿A qué te refieres? — pregunté desconcertada por lo que estaría pensando ahora. — No podemos venir aquí si está esa cabra suelta. ¿Y si la próxima vez trae a más de ellas? — preguntó sin ánimos de ocultar su preocupación al respecto. — No te preocupes por eso. Como a todos los animales que estén dando vueltas por aquí, los terminaremos domesticando. — le aseguré mientras dirigía mi atención a la puesta de sol que se presentaba amistosamente frente a nosotras. Un paisaje anaranjado nos acompañó en nuestro regreso al Reino Escondido. Nos marchamos con la sensación latente de que pronto volveríamos allí. Y eso sería muy pronto. El regreso fue una odisea un poco más sencilla. La verdadera aventura sería nuestro regreso a aquellas tierras, que a
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books