No sabía ni por donde empezar, había olvidado que Axel no era un hombre fácil. Con él no podía lidiar como lo hacia con los otros, incluyendo a Juan Manuel Sinisterra quien la había tratado como a una dama, claro, porque no recordaba que había sido su empleada de la limpieza, la misma que lavaba los baños de sus oficinas. —Kia, lo siento, pero… no tengo toda la noche. —Creí que me habías citado en otro lugar, hubiese sido mas fácil para mi si… estuviéramos en tu habitación de hotel. —¿De verdad? —entrecerró los ojos tratando de descubrir que se traía entre manos. La Kiara que el conocía, jamás entraría a su habitación de hotel a menos que estuvieran tan borracha como una cuba. —Si —se felicitó mentalmente porque su tono demostraba seguridad. —Si eso es lo que quieres, tendrías que es