—Hola, Kia. —Hola, Guillermo —estaba vestido de etiqueta, su cabello color miel perfectamente peinado y se veía muy guapo, sobre todo por esa sonrisa tímida y la perenne expresión melancólica en su rostro. Parecía un tipo muy dulce y era todo un caballero— ¡Que gusto verte de nuevo! Porque… la verdad es que no conozco a nadie en este lugar y me sentía algo… perdida —le susurro y el sonrió, lo que fue un error porque la chica de la playa, que ahora llevaba un vestido largo en color rojo sangre con dos aberturas al frente, se acercó rápidamente y se colgó de su brazo, sin embargo, él continuó sin inmutarse. —También me alegra verte. La chica bufo enojada y él la miro ceñudo, pero le guiño un ojo y por un instante, le sonrió con adoración, luego miro a Kiara y le hizo una mueca de disgust