—Es la hora del almuerzo y no tarda en llegar Aura. ¿Que te parece si vamos a comer y lo hablamos en otro lugar? —Ok. Si por supuesto. Kiara se levantó y después de tomar su cartera, enlazo el brazo alrededor del codo de Carlos, le sonrió encantadoramente y salieron de la fabrica. Carlos le abrió la puerta del auto para que subiera y después ocupo su lugar. El coche no era de lujo o un último modelo, pero estaba en buenas condiciones. La llevo a un restaurante, que no era el más lujoso, pero al menos, tenia el dinero suficiente como para pagar por una comida decente. Una semana después, la boda se llevó a cabo en un juzgado de lo civil. Solo asistieron Nico, quien era el testigo número uno, Cristina, quien no comulgaba con su decisión, pero sabía perfectamente porque lo hacia y no la