Nada más entrar, Jenny; la secretaria de Alejandra, la llevo por un pasillo alejado de los cubículos y los escritorios, le dijo que le iba a entregar su uniforme y a enseñarle donde estaba todo lo que iba a necesitar para realizar el trabajo para el cual se le había contratado. Llegaron frente a una puerta de doble hoja que parecía más un cuarto de lavado y Kiara tuvo una idea muy clara del puesto que desempeñaría en esa empresa. Cuando Jenny abrió la puerta y encendió la luz, era un armario donde se guardaban toda clase de enseres de limpieza, la chica esperaba con ansias su reacción, seguramente para ir corriendo a contarle a su jefa, pero Kiara permaneció impasible frente a la puerta abierta de par en par y tomo con estoicismo la bata que la secretaria le dio, no le iba a dar el gusto.