Su visión era tan poca que la hacía entrar en desesperación pensando que no iba a poder avanzar, la tormenta no parecía dar tregua, más bien al contrario, aumentaba su ferocidad. Llegó un punto en que Grace no pudo continuar a caballo, pero no se iba a dar por vencida, bajó de su corcel y le acarició el lomo. - Escucha Sultán, no podemos seguir juntos más allá, tienes que volver. - El corcel relinchó y se removió a lo que Grace entendió como una negativa, Sultán era muy valiente y eso ella lo reconocía, pero sabía que debía cuidarlo porque si algo le pasaba no se lo perdonaría. Sultán había estado con ella desde que era un pequeño potro. - Tranquilo, te prometo que regresaré con bien y con mi hermana, sabes que puedo hacer más de lo que todos ven en mí. Te lo prometo. - Sultán esta vez le