Había una vez una anciana, vivía en una choza lejos de la civilización y solo salía al pueblo una vez al mes para comprar las cosas necesarias para sobrevivir.
Las personas decían que ella era una vieja loca y que pronto la encontrarían muerta en alguna cueva. La anciana siempre que salía predicaba las leyendas sobre Los Elementos, ella sabía que eran ciertas porque desde niña fue elegida para ser su profetiza y con la importante misión de hacer que todos recuerden lo que lo rodean.
Una noche mientras el pueblo celebraba el cumpleaños del rey la anciana se apareció e hizo que las llamas de la gran hoguera se apagaran con solo un movimiento de dedos, eso asombró a todos los presentes, que eran todo el reino y entonces la anciana habló con la voz alta.
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