−En... Finlandia —la voz del Duque sonó hueca, casi sin articulación de las palabras. −¿Y qué haces, Hugo..., qué haces en Finlandia? −Estoy... pescando. −¿Y qué más? ¿Ves un cañón? −Salmones− habló de nuevo Calverleigh como en sueños−, salmones.... muy buena pesca. Los dedos de la Princesa se movieron una vez más sobre la frente de él y la otra mano le oprimió la nuca. −Ahora estás en el Departamento de Estado para la India. ¿Por qué fuiste allí, Hugo? Hubo otro silencio antes de que el Duque respondiera lentamente: −Invitar a Kimberley..., a la Feria...de caballos. Zenka pareció dudar un momento antes de inquirir: −¿Sabes algo acerca de los mensajes secretos de la India? ¿Te dijo Lord Kimberley algo acerca de ellos? Hubo otra pausa. −¡Dime!− Insistió la Princesa−. ¿Qué te dij