−¿Qué haces aquí?− preguntó el Conde. Entonces recordó que Lynetta se encontraba a su lado. −Permíteme presentarte a mi más viejo y querido amigo, Henry Lyndham− dijo−.¡Ha sido una verdadera sorpresa para mí encontrarte a bordo del León Marino! Si el Conde estaba sorprendido, también lo estaba Henry. Miraba a Lynetta con asombro. El Conde comprendió que estaba admirando la belleza de su cara, así como la elegancia de su vestido y su sombrero. Entraron en el salón y un camarero les llevó una botella de champán. −Me gustaría− dijo Lynetta con timidez−, ir abajo para quitarme el sombrero. −Sí, por supuesto− dijo el Conde−. Te enseñaré tu camarote. Condujo a Lynetta por la escalerilla. Abrió la puerta de un camarote contiguo al suyo e invitó a la joven a entrar. Hunt había bajado ya