— Zoey… al fin te encontré. — Ri-Richard, ¿qué haces aquí? — Quería verte. — ¿Ese bombón es el tal Richard? — me susurró Sandra. — Ah es… Richard, ella es Sandra y Sandra él es… Richard — ella estrechó su mano. — ¡Mucho gusto! — Igual — le sonrió él. Sandra abrió la puerta. — Vamos, vamos, entren. — ¿Puedo? — me preguntó Richard. — Claro… adelante — entramos a casa y Sandra de inmediato tomó su bolso de nuevo. — Lo siento, cielo, tengo que ir por mi hermano al aeropuerto, lo olvidé por completo. — Umm…claro — dije, sentándome con el recién llegado en la sala. — Un placer Richard — le dijo y se fue. — Igual — cuando Sandra se fue, nos quedamos en un silencio incómodo. — Richard, ¿qué haces aquí? — le dije, rompiendo el silencio. Él suspiró. — Zoey — tomó mis manos. — Iré d